Simples reglas para hacer de tu mascota un mal perro.
Regálaselo a un niño de dos años, y hazlo responsable de su bienestar.
Condénalo desde pequeño a vivir en la azotea.
No permitas que se integre a la familia.
No permitas que interactúe con otros perros, otras personas, ni que visite otros lugares.
Recuerda siempre castigarlo por todo lo que haga mal. Utiliza cualquier cosa que tengas a mano: un periódico, un zapato, una piedra, o tu celular. Un buen golpe dado a tiempo es una lección para toda la vida.
Cuando ladre, grítale hasta que se calle y recurre al punto cinco si es necesario.
Cuando llore porque está solo, haz lo que dice el punto cinco.
Dale de comer una vez al día, no lo vacunes ni lo lleves al veterinario.
No lo eduques.
No dejes que viva con tu familia.
Cuando se convierta en una carga para ti, córrelo de la casa, en fin... a ti no te sirve más.
¿Y sabes qué es lo más triste? ¡Qué tu perro te seguirá queriendo igual!