El milagro de nacer bien
Tener un hijo sano es el sueño de cualquier pareja. A la gran mayoría no le importa si es niño o niña, o el color de su piel. Lo importante es que nazca sin ningún problema físico o mental.
Y es que las malformaciones congénitas en el recién nacido ocupan aproximadamente una décima parte de las muertes registradas en el primer mes de vida extrauterina, explica el doctor Apolo Flores Jáuregui, director del Hospital Infantil de Torreón, quien agrega que los decesos sólo representan una pequeña proporción en relación con las incapacidades totales provocadas por estas anomalías.
De acuerdo al doctor, las malformaciones congénitas en el recién nacido son producidas por diversos agentes patógenos que pueden clasificarse en seis grupos principales: genes deficientes, agentes físicos y químicos, deficiencia o excesos de vitaminas, agentes biológicos y múltiples.
Hay diferentes tipos de malformaciones, entre ellas: cardiacas, de tubo neural, digestivas, urológicas, de extremidades o músculo-esqueléticas, de la cabeza y respiratorias.
Las más comunes
Dentro de las malformaciones cardiacas más frecuentes se encuentran: comunicación interventricular, persistencia del conducto arterioso, transposición de los grandes vasos, coartación de la aorta, ventrículo único, comunicación de Fallot, atresia aórtica, atresia pulmonar, estenosis pulmonar, estenosis aórtica, atresia tricúspide, aurícula y ventrículo común, desembocadura anómala de las venas pulmonares, enfermedad de Ebstein.
Las malformaciones de tubo neural más comunes, son: la anencefalia (malformación cerebral) y la espina bífida (malformación en la columna vertebral).
Las malformaciones de extremidades o músculo-esqueléticas más frecuentes son: mandibulo-faciales, labio paladar hendido, labio leporino, síndrome de Teacher Collis, y síndrome Pierre Robin.
Las malformaciones más frecuentes del aparato respiratorio son los quistes pulmonares, aplasia pulmonar, hipoplasia pulmonar, hernia de diafragma, fístula traqueo esofágica.
Las malformaciones más frecuentes de cabeza son microcefalia, macrocefalia, hidrocefalia, hidranencefalia, cráneo-cinostosis, y fisura craneal con encefalocele.
Dentro de las malformaciones del esqueleto más comunes se encuentran: acondroplasia, aracnodactilia, osteogénesis imperfecta, luxación congénita de cadera, discondroplasias, y pie Eguimovora.
También están las malformaciones de la piel como cutis laxa, piel de colodin, discromia de Arleguin, albinismo o acrodermia, nevos pigmentarios, por su puesto las malformaciones de los ojos: estrabismo, ptosis de parpados, nistagmo, catarata, glucoma, y miopía.
Diversos factores
Las cardiopatías, labio paladar hendido, hipotiroidismo y síndrome de Down, son las malformaciones congénitas con mayor incidencia en los recién nacidos, y esto se debe a múltiples factores como una mala alimentación, las adicciones al alcohol, cigarro y drogas, durante el embarazo, de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Además, informa que la mujer embarazada corre el riesgo de sufrir infecciones por bacterias o virus (rubéola y varicela). Por eso es importante vacunarse a tiempo si está pensando en convertirse en madre.
Si la mujer adquiere la rubéola durante su período de gestación, hay una alta posibilidad de que su hijo nazca con malformaciones congénitas en el corazón, los ojos o con sordera.
Otros factores que inciden en las malformaciones congénitas son la consanguinidad, es decir, el parentesco entre el padre y la madre.
La edad de la mujer también es considerada un factor de riesgo. Si se embaraza antes de los 20 y después de los 35, hay más riesgos para la salud del bebé.
De acuerdo al IMSS, los factores genéticos ocupan un lugar importante en el desarrollo de las alteraciones fetales porque cualquier pareja es susceptible de tener un hijo con malformación por lo que se recomienda llevar un buen control y vigilancia prenatal, y en caso de antecedentes familiares y de otros factores de riesgo, es conveniente realizar un estudio de desarrollo fetal después de la semana quince para analizar sus células.
Las estadísticas del Seguro Social indican que la cardiopatía congénita la presenta uno de cada cien recién nacidos: por lo general se trata de problemas que tiene solución con cirugía.
En segundo lugar se encuentra el labio paladar hendido, que afecta a uno de cada mil 500 y se corrige en quirófano. Uno de cada dos mil niños nacen con síndrome de Down y es irreversible, mientras que el hipotiroidismo lo tiene uno de cada dos mil y se puede evitar el retraso mental si se diagnostica a tiempo con el tamiz metabólico (prueba de talón).
Los lazos de sangre entre el padre y la madre son peligrosos para la salud de los bebés, pues el parentesco es causa de alteraciones congénitas.
Según el IMSS, en el caso de los hermanos comparten hasta el 50 por ciento de información genética y de primos hermanos el veinticinco por ciento, cantidades altas comparadas al 0.1 de los que no tienen relación sanguínea.
Aunque la pareja no haya lazos de sangre cercanos, no hay que descartar los riesgos porque los antecedentes sanguíneos pueden abarcar muchas generaciones atrás y la pareja lo puede desconocer.
En este caso, el IMSS recomienda a la pareja conocer sus antecedentes familiares, buscar información profesional para saber qué opciones tiene, además de evitar los factores de riesgo mencionados.
En números
En México nacen en promedio más de diez niños diariamente con labio y paladar hendido, la tercera patología congénita en el país que padecen con mayor frecuencia los menores de edad, lo que equivale al dos por ciento de todos los recién nacidos en el país, de acuerdo a las estadísticas del Seguro Social.
En consecuencia, es muy importante que si alguna mujer piensa embarazarse consuma ácido fólico antes y por lo menos durante los primeros tres meses de gestación.
Es muy importante que sepa que las malformaciones no se evitan en un 100 por ciento consumiendo ácido fólico, pero ayuda a prevenir hasta en un 70 por ciento los defectos congénitos, tales como: deterioro del cerebro o columna vertebral del bebé (defectos del tubo neural), desperfectos del corazón, malformación de brazos, piernas y fallas del tracto urinario.
El ácido fólico se debe consumir tres meses antes y durante el embarazo. Se trata simplemente de tomar una pastilla diaria para que las mujeres puedan contar en su cuerpo con esta vitamina que se requiere en caso de resultar embarazadas.
El labio y paladar hendido genera en el IMSS un promedio 12 mil consultas anuales. En las Unidades de Medicina Familiar se les proporciona atención especializada con el objetivo de que los pequeños no sean segregados y puedan llevar una vida normal.
La atención médica también evita los trastornos del lenguaje porque un niño con labio y paladar hendido durante el proceso de gestación no desarrolla el crecimiento adecuado de nariz, labio, paladar y áreas de la boca.
En este caso, el Seguro Social advierte que es importante que los pequeños sean atenidos por especialistas en cirugía general, plástica, maxilofacial y ortopedistas que trabajen en la reconstrucción anatómica, estética y fisiológica, así como de rehabilitación en terapia del lenguaje, para integrar al menor a la sociedad, evitando trastornos del habla y psicológicos.
Prueba Tamiz
En todos los hospitales públicos y privados de Torreón se les practica la prueba tamiz a los recién nacidos, con el objetivo de detectar niveles de plomo en sangre, sin embargo, esta técnica permite identificar desde 5 hasta 60 enfermedades congénitas en el recién nacido.
El tamiz ampliado determina alteraciones del metabolismo de los aminoácidos, carbohidratos, así como algunas enzimas y proteínas que son determinantes en el funcionamiento del bebé, explica el IMSS.
El tamiz simple sólo detecta enfermedades que cursan con retraso mental, principalmente hipotiroidismo congénito y otras manifestaciones graves como fenilcetonuria (incapacidad para descomponer apropiadamente un aminoácido llamado fenilalanina), y fibrosis quística (enfermedad hereditaria que causa discapacidad progresiva y muerte prematura).
El momento ideal para realizar esta prueba es durante las primeras 48 a 72 horas posteriores al nacimiento, cuando el bebé ha empezado su alimentación.
La prueba consiste en el análisis de cuatro gotas de sangre, extraídas del cordón umbilical para tamiz simple, o de la parte lateral del talón del bebé para tamiz ampliado, mismas que se colectan en un papel filtro especial llamado “Tarjeta de Guthrie”, para después ser enviadas al laboratorio y ser examinadas.
Si el especialista considera que el recién nacido es susceptible de desarrollar algún trastorno metabólico, el Seguro Social puede confirmar el diagnóstico y apoyarse de otros estudios de gabinete como radiografías, electroencefalogramas, tomografía cerebral y ultrasonido abdominal, que ayudarán a definir el diagnóstico e iniciar el tratamiento, y éste se determina dependiendo de la afección que se presente y de los resultados que se vislumbraron en los estudios practicados.
Con la detección oportuna, se comienza el tratamiento en el primer mes de vida para poder mejorar la salud del recién nacido.
Si bien es cierto que muchos padecimientos congénitos no se pueden prevenir en un 100 por ciento, sí influye el hecho de que la madre y padre lleven un estilo de vida saludable.
Por eso es conveniente consumir ácido fólico y hierro durante la etapa reproductiva de las mujeres; prevenir la aparición y desarrollo de enfermedades como la diabetes y la hipertensión; planear los embarazos entre los 25 y 35 años de edad y visitar al médico durante la gestación son factores que pueden prevenir un defecto en el nacimiento