Mala suerte. Hasta Baltazar resultó dañado: en una de las cabañas luce abandonado, ya sin cabeza.
Una de las obras más presumidas por la Administración Municipal 2007-2010 fue la creación de un nacimiento monumental, próximo a cumplir dos años. Sin embargo, su ocaso parece haber llegado demasiado rápido.
En un recorrido realizado por El Siglo de Durango, se pudieron constatar las condiciones que guarda: el lago artificial con aguas pestilentes, las pequeñas casas semidestruidas y parte del mobiliario inservible.
A falta de dos meses para su inauguración, las autoridades no han definido el destino que tendrá esta obra, cuya edificación les costó a los duranguenes 1.2 millones de pesos.