Después de meses en los que la denominada frontera chica de Tamaulipas ha estado bajo fuego de la delincuencia organizada y ha vivido el éxodo de cientos de sus pobladores, ayer el gobernador Eugenio Hernández reconoció públicamente la ingobernabilidad que vive esa región.
"Esta crisis de seguridad ha hecho que gran parte de la población ya no esté allí".
"Lamento mucho de verdad que la Policía Municipal y Estatal estén rebasadas totalmente por la gran cantidad de gente de la delincuencia organizada que hace incursiones continuas en este municipio", dijo en entrevista, tras recibir un reconocimiento de instituciones de educación media superior y superior en Reynosa.
Ante la situación, el mandatario urgió mayor presencia militar, de marinos o policías federales en la región conformada por los municipios de Mier, Guerrero, Camargo, Miguel Alemán y Gustavo Díaz Ordaz.
"El caso de Mier es un caso especial, es un caso que sí requiere una gran presencia, y permanente, de personal del Ejército o de La Marina o de la Policía Federal porque si bien hay atención del Gobierno Federal, no es permanente", expuso el gobernador.