Como una temporada "atípica", calificaron las autoridades el periodo de avistamiento de ballenas que concluyó el mes pasado, luego de un primer análisis de los muestreos en las lagunas sudcalifornianas, en donde se pudo observar una disminución en el número de ejemplares que permanecieron en estas zonas.
Según los reportes preliminares de las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), durante la temporada 2009-2010 un aumento en la temperatura del mar habría provocado que un mayor número de cetáceos permaneciera fuera de las áreas comunes de observación en el norte, centro y sur del estado.
Los datos arrojaron que en la laguna norteña Ojo de Liebre, en San Ignacio -municipio de Mulegé-se alcanzó un pico de 573 individuos, cuando el año pasado se pudieron observar hasta mil 500. En San Ignacio, se observaron 208 ejemplares, cifra menor comparada con los 350 que se alcanzó en 2009.
El titular de la dependencia federal en el estado, Marco Antonio González Vizcarra, manifestó que, de acuerdo con los reportes de prestadores de servicios y personal de la Reserva de la Biosfera del Vizcaíno, en Mulegé, un buen número de cetáceos permanecieron esta vez fuera de las lagunas, ante el aumento de la temperatura del mar, provocado por el fenómeno de ‘El Niño’.
No obstante, subrayó que no es la primera ocasión en que los números son a la baja. Precisó que en el 2001, en la Laguna Ojo de Liebre -que representa la zona con más de 50% de nacimientos de ballenatos-los días pico estuvieron entre 400 y 500 ejemplares.
Añadió que el Instituto Nacional de Ecología, a través del Programa de Mamíferos Marinos ya se encuentra realizando los estudios correspondientes para conseguir un panorama más completo del comportamiento de los cetáceos durante la temporada que terminó, con base en las cifras presentadas por la delegación.
Sobre la derrama económica generada, indicó que este año hubo un "moderado" aumento en la afluencia de visitantes, en comparación con el ciclo anterior, cuando la emergencia sanitaria y la crisis económica impactaron severamente los bolsillos de las familias que se dedican a esta actividad, sobre todo en el norte de Baja California Sur.
Desde diciembre hasta abril, alrededor de 13 mil visitantes estuvieron en las lagunas Ojo de Libre y San Ignacio, consiguiendo una derrama económica cercana a los 700 mil dólares, mientras que en las lagunas de San Carlos y López Mateos, la cifra fue significativamente menor, con cerca de 4 mil visitantes, puntualizó.