El niño consentido de Cannes
Alejandro González Iñárritu se presenta hoy por cuarta ocasión en Cannes, Francia, esta vez con Biutiful, una película protagonizada por el ganador del Oscar Javier Bardem.
Hay mucha expectativa porque es la primera vez que "El Negro" trabaja sin el escritor Guillermo Arriaga, con quien creó Amores Perros, 21 Gramos" y "Babel". Además fue seleccionado para competir por la Palma de Oro con esta historia, que habla de un hombre que intenta recuperar el equilibrio emocional y espiritual luego de una relación amorosa.
"El Negro" habló en entrevista, desde Cannes, vía Internet.
→ Estás con un cuarto trabajo a Cannes (tomando en cuenta el corto conmemorativo), ¿serás uno de los niños consentidos del festival?
La única forma de ser "consentido" de Cannes, es llevar bajo el hombro una película con sentido común, que es el menos común de los sentidos.
→ Una vez Memo del Toro contó que su máxima preocupación en Cannes con Cronos, fue que el traje le llegara a tiempo y a su medida, ¿cuál es la tuya en este momento?
Las invitaciones a la gala y las visitas de última hora. Que todos quieren boletos y nunca hay para todos. Es peor que una boda y no falta el amigo del primo del cuñado de tu tía segunda, pero lo más angustiante de todo es tener que explicar y expresar tu película con palabras ante cientos de periodistas en una conferencia de prensa y por los siguientes dos días. Eso es terror dantesco.
→ ¿Fuiste buen o mal estudiante en primaria y secundaria?
Mal estudiante. Tenía déficit de atención e hiperactividad, el problema es que en ese entonces no se llamaba así, se llamaba "pinche escuincle latoso".
→ ¿Cuál ha sido el momento más irreverente protagonizado por ti?
Más que un solo evento (y mira que hice muchos, incontables, al menos en este medio), para mí la irreverencia forma parte de una actitud vital que está en constante lucha contra la conformidad de quienes quieren o dicen que las cosas se deben de hacer de una sola manera o de que las cosas "así son". Es decir, no le hago reverencias a nadie y mucho menos a la mediocridad.
→ Una vez dijo Martín Hernández (diseñador de sonido) que en W FM comían mucha pizza y escuchaban música, ¿añoras esas épocas, cuando la vida parecía más fácil?
Dice Woody Allen que la pizza es como el sexo: si es bueno, es buenísimo, si es malo, también es bastante bueno. Sí, hubo mucha pizza en esos años mozos.
→ ¿Cuál fue el último trabajo del que te despidieron?
El primer y único trabajo del que me corrieron fue cuando tenía 15 años en un pueblo tejano llamado Horse Shoe Bay, en el que con unos amigos éramos peones y limpiábamos terrenos con machete. Hacía tanto calor que nos quedábamos dormidos en la hierba junto a las víboras. No duramos ni 15 días.
→ ¿Juegas bien al futbol o gracias a Dios eres cineasta?
Fui un jugador de centro bastante mediocre, sólo le pegaba con la derecha y carecía de esa velocidad a cinco metros que define a un jugador. Qué bueno que existen las cámaras de cine.
→ En la promoción de "Amores perros", dijiste que en Europa viviste como perro, pero con dignidad. ¿Por qué?
Porque con sólo mil dólares viví un año en toda Europa y en Marruecos. Trabajé en el campo en la vendimia y dormí, como un perrillo, en los parques y en las calles muchas noches. Me divertí, leí, bebí y aprendí de la libertad del ser sin poseer. Ese año me dio mucha calle y mucha vida.
→ ¿Aún te queda la frase "yo tengo un profundo afán de impresionar", pronunciada en el año 2000?
Eso lo digo respecto a mis películas, no respecto a mi persona. Sí, me interesa que la película tenga un impacto ya sea emocional, intelectual, espiritual o estético. Si la obra no provoca una catarsis de algún tipo, un diálogo, una pregunta... entonces ha fallado.
→ Felipe Cazals deja al último las escenas que no sabe cómo resolver y filmar. ¿Tú qué manía tienes cuando haces una película?
Filmé mis primeras tres películas con los mismos zapatos con los que filmé Amores Perros. Aún los tengo, pero ya no aguantaron para Biutiful. Según mi esposa, ¡el olor era insoportable!
→ Qué tal tu éxito con las mujeres, siempre hay una que está enamorada de ti; te califican de metrosexual.
A mí el término de metrosexual me da mucha risa. ¡Es bastante patético! Si hay mujeres enamoradas de mí, a mí no me lo han dicho.
→ Alfonso Cuarón contó que Clive Owen aceptó el papel en Niños del Hombre gracias a comentarios que tú hiciste sobre el guión. ¿Eso eleva tu ego? ¿Has perdido piso?
Nunca. Tengo los pies demasiado pegados a la tierra y jamás me he creído ni me ha seducido el éxito. Tengo claro quién soy y mi identidad está más allá del reconocimiento o el fracaso de mi obra. Esa rienda no la suelto, y menos a algo tan volátil y superfluo que se te da y se te quita. El éxito es subjetivo. Aún me falta mucho por tener éxito en muchísimas cosas que tengo que aprender.
→ ¿Cuándo fue la última vez que viste tus filmes?
Este mes le presenté a mis hijos por primera vez mi trilogía. Hacía 10 años que no veía Amores Perros, fue extraño y emocionante, afortunada o desafortunadamente tengo un muy agudo sentido crítico de mi propio trabajo.
→ Con tu experiencia de cineasta autodidacta, ¿crees que vale la pena estudiar cine en las escuelas?
Depende de quién sea tu maestro. Lo verdaderamente importante a la hora de hacer cine no se aprende en el aula, eso se trae, como un destino.
→ Decía Molière que para hacer entrar más fácil una verdad debías hacer reír a la gente, ¿te interesa tener una comedia en tu filmografía?
Sí, mucho. Me muero de ganas de algún día reírme en un set.
→ En México hay quien tiene su Ariel deteniendo la puerta del baño, ¿dónde tienes tus premios?
En mi oficina y en cajas.
→ Con tanto tiempo fuera de México, ¿qué es lo que más extrañas?
La última vez que fui a México, comí unas enfrijoladas en La Flor de Liz.
Un mesero estupendo, con red en el pelo, me esparció un poco de crema y salsa verde.
Se me mojaron los ojos.
A 24 escalones de la presentación
El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu llegó ayer al puerto de Cannes para realizar la presentación y la promoción de su cuarto largometraje, Biutiful, que aspira a la Palma de Oro de la 63 edición, informaron fuentes próximas al realizador.
Iñárritu arribó al balneario acompañado de su esposa y de parte del equipo del filme que protagoniza el actor español Javier Bardem y que fue seleccionado para competir con otros 18 largometrajes de todo el mundo, por el principal galardón del certamen.
Ayer por la tarde el director y el elenco de la película visionaron juntos en una sesión cerrada, el filme que se rodó principalmente en Barcelona (España) durante el año pasado.
Con Babel Iñárritu, que estará acompañado en Cannes de Javier Bardem para promover Biutiful, obtuvo el premio al Mejor Director en el Festival de Cannes de 2006.
Este año el director mexicano es uno de los candidatos favoritos de la prensa a ganar la Palma de Oro, que ningún director mexicano de nacimiento ha conseguido ganar todavía.
Si finalmente obtiene un premio tendrá que regresar el próximo domingo 23 de mayo para recogerlo.
Hoy subirá los 24 escalones de la alfombra roja del Palacio de festivales de Cannes, para asistir al estreno mundial de su filme en la sala principal de éste en compañía del presidente de Cannes, Gilles Jacob, y del delegado general, Thierry Fremaux.