“El Parreño’’ de lunes a viernes comparte sus conocimientos con las nuevas gene- raciones en el gimnasio de la Unidad Deportiva Compresora.
Originario de Parras de la Fuente, Coahuila, Santiago Rodríguez de la Paz, mejor conocido en el medio boxístico lagunero como "El Parreño'', es sin duda uno de los personajes más carismáticos del pugilismo regional, luego de hilvanar una larga trayectoria de trabajo en el deporte, primero como peleador y luego como entrenador de talentos.
A sus casi 80 años de vida, este personaje de los encordados recuerda que a sus 14 años ya le entraba fuerte al boxeo en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, lugar a donde fue a dar desde muy pequeño, al dejar su natal Parras de la Fuente, donde poco futuro había en ese entonces para uno de los 16 hijos procreados por el matrimonio del señor Eduviges Rodríguez y la señora Luz María de la Paz.
"Fuimos muchos hermanos y ante esa situación, poca oportunidad teníamos para salir adelante. El hecho de ir a la escuela era toda una odisea y mis papás simplemente no podían darnos estudio, por ello sólo terminé la primaria.
Desde muy chico salí de mi casa para buscar la vida y fue así que fui a dar a Reynosa, Tamaulipas''.
Su gusto por el boxeo le hizo entrar desde muy chico a su práctica, y prácticamente sin tener una trayectoria en el terreno amateur, invadió el profesionalismo a cambio de unos pesos, con la suerte de ser un elemento que gustó a los promotores, de modo que tuvo la oportunidad de enfrentar en su momento a elementos de reconocida trayectoria.
Entre sus grandes rivales figura Raymundo Torres, que en ese tiempo estaba camino a su oportunidad por el cetro mundial. A este elemento lo enfrentó en dos ocasiones, la primera en Reynosa y posteriormente en Río Bravo, y aunque no logró ganarle, no fue víctima del poder de sus puños, famosos por noquear a sus contrarios, lo que le valió el reconocimiento de propios y extraños.
También enfrentó a peleadores como "Chino'' Wong y Kid Anáhuac, entre muchos otros que encontró en su carrera como profesional, cuyas peleas las realizó preferentemente en territorio tamaulipeco, aunque también tuvo oportunidad de pelear en territorio texano.
El retiro de los encordados llegó cerca de los 30 años de vida y el destino lo trajo a radicar a Torreón, donde a los 35 años se casó con la señora Esperanza Morales, con quien procreó a sus siete hijos: Armando, Santiago, Armando, Luz María, Luz María, Verónica y Yuribia Milagro.
De estos, los dos llamados Armando y Santiago, son boxeadores profesionales, quienes pelean preferentemente en territorio chihuahuense, donde tienen un buen cartel. También su yerno Mario Alberto Díaz, practica este deporte en forma profesional
Instructor, comerciante y deportista
Hoy en día, "El Parreño'' vive en área centro de la ciudad y de lunes a viernes comparte sus conocimientos con las nuevas generaciones en el gimnasio de la Unidad Deportiva Compresora, donde tiene su grupo de alumnos procedentes de las colonias aledañas.
Ahí, asegura tener la oportunidad de compartir la experiencia acumulada por más de 60 años en el pugilismo, lo que en definitiva va en favor de los jóvenes, quienes buscan atención y la encuentran en este espacio público destinado a la formación deportiva. Los fines de semana, su actividad da un giro y se convierte en comerciante de mercería, labor que realiza preferentemente en las comunidades rurales de la región, donde es ampliamente conocido.
Además, desde hace años practica el atletismo y lo hace como parte del grupo de adultos mayores del DIF Torreón, donde toma parte en las competencias de carácter oficial. En días pasados ganó en los Juegos del Adulto Mayor y tiene su pase a la etapa estatal que se desarrollará en Saltillo, donde a su vez buscará su sitio en el equipo coahuilense que irá a los juegos nacionales de la especialidad.