El poder de los centavos: redondeo
“Son 89.60 pesos, ¿desea ayudar con el redondeo?”. Seguramente escucha esa pregunta muy a menudo y más de una vez ha dicho que sí. Y es probable también que en varias ocasiones se haya preguntado a dónde va a dar ese dinero que usted y un sinfín de mexicanos ceden en cada una de sus compras.
Desde hace varios años, antes de pagar sus compras en diversos establecimientos, los cajeros suelen preguntarle si está dispuesto a redondear la suma total, con el fin de donar unos centavos a favor de alguna asociación y dándole a usted la oportunidad de convertirse en una persona altruista sin esfuerzos ni grandes desembolsos. Desde luego, también tiene la opción de decir que no.
Ante la incapacidad del gobierno para hacer frente a toda la problemática social que enfrenta el país, la población civil y la iniciativa privada han desarrollado proyectos con un fin social particular, que van desde el apoyo a alguna asociación de niños con cáncer, la contribución a la operación de cataratas para gente de la tercera edad, la manutención de niños huérfanos, la ayuda a comunidades indígenas de bajos recursos, la adquisición de equipo para escuelas en zonas humildes... en fin, un gran número de alternativas.
Bajo este contexto surgió el esquema del redondeo, que se ha popularizado especialmente en farmacias, centros comerciales, tiendas de conveniencia y todas aquellas actividades mercantiles donde el efectivo se mueve con rapidez.
Es importante precisar que lo que conocemos como redondeo es sólo una herramienta de todo un programa estructurado de responsabilidad social en una empresa, o bien parte de una fundación. Estos sistemas están registrados y debidamente establecidos ante las autoridades correspondientes, en este caso la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de Desarrollo Social.
¿A QUIÉN APOYO?
En la mayoría de los casos es posible enterarse de los orígenes y objetivos de las campañas de redondeo, la forma de operación y el destino de los recursos a través de las páginas de Internet de las diferentes cadenas comerciales, lo cual brinda certidumbre a los participantes.
Por ejemplo, tenemos que Organización Soriana es una de las compañías que maneja el redondeo como parte de sus proyectos filantrópicos. Bajo el programa “Ayudar a ayudar”, se invita a los clientes a ceder los centavos que falten para cerrar al peso inmediato en su cuenta. Es decir, si el importe de sus compras es de 79.90 y usted acepta el redondeo, pagaría 80 pesos y la diferencia se destinaría a apoyar instituciones de beneficencia de la misma ciudad donde se captan los recursos, esto de acuerdo con información de la firma, en cuya página web se afirma que desde 2001 se ha beneficiado a 1,350 organismos, con un total de 155 millones de pesos.
Otros objetivos de la firma de autoservicio son: difundir en la comunidad las actividades en beneficio de la población, generar un espíritu de ayuda entre los compradores para aminorar las necesidades de individuos menos favorecidos en la sociedad, motivar a sus trabajadores para impulsar el esquema y fortalecer la responsabilidad social de la empresa al servir de enlace entre la sociedad y la población más vulnerable.
Un sistema con similares características es el que tienen las tiendas de conveniencia Oxxo, que funciona a través del Programa de Responsabilidad Oxxo (PRO), cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los habitantes de las comunidades en donde se encuentran.
PRO surgió en 2002 y su manera de operar es idéntica a la de Soriana. Según su página de Internet, en las últimas recaudaciones se han reunido cuatro millones 319 mil pesos y se ha brindado auxilio a comunidades y fundaciones de diferentes localidades del país, orientadas principalmente a la asistencia de niños vulnerables.
¿SÍ AL REDONDEO?
En términos generales, autorizar el redondeo es una decisión libre, ya que no se obliga al consumidor a participar y nadie podría juzgar a quien prefiera recibir su cambio. Sin embargo el nivel de aceptación es bueno, las personas han simpatizado con esta forma de ayuda considerando que en la mayoría de los casos el gasto por colaborar no rebasa los 50 centavos.
¿HAY GATO ENCERRADO?
Es común que entre los clientes surja la duda sobre a dónde irá a parar el dinero que se junta con el redondeo. Uno de los casos más fuertes de sospecha sobre estos recursos lo protagonizó la ex primera dama de México, Martha Sahagún y su fundación Vamos México, ya que en 2004 el organismo fue acusado por el Financial Times de presuntas irregularidades financieras. Aunque la organización negó que hubieran contado con recursos provenientes del redondeo, en el informe anual de la fundación en 2003 aparece una aportación de la Asociación Nacional de Tiendas Departamentales y de Autoservicio (ANTAD) que alcanzó los 17 millones de pesos. Este dato deja ver que las operaciones no son en todos los casos transparentes, y que puede perderse la esencia del programa.
Por otro lado, uno de los rumores más frecuentes y polémicos que ha enfrentado esta clase de sistema desde su creación es que los comercios recurren a él para deducir impuestos. Técnicamente eso no es posible, ya que las compañías actúan solamente como intermediarias entre el dinero del consumidor y la población vulnerable. No obstante, esto no es una garantía en todos los casos.
Decir sí al redondeo es una elección personal; pero dudar sobre el destino de los recursos es un punto a resolver que está en manos de las promotoras del esquema, quienes deben trabajar en la claridad de sus propuestas con el fin de otorgar mayor confianza a los participantes.
Correo-e: smunoz@elsiglodetorreon.com.mx