Cada vez más mujeres apoyan a los Guerreros del Santos Laguna desde las tribunas del TSM. (Jesús Galindo López)
Todas quieren con Baloy... o al menos eso dicen sus camisetas. Desde la pantalla del Corona presumen sus leyendas, mientras le mandan besos. "Con Baloy sí me voy" o "Con Baloy me doy", son algunas de las que figuran en el fondo oscuro de sus playeras.
Y es que las mujeres tienen su peculiar forma de apoyar en el futbol. Ya sea porque de verdad les emociona ver un gol y les molesta un "fuera de lugar"; o porque les atrae alguno de los jugadores que corre tras el balón.
El chiste es que cada vez en las tribunas se ven más mujeres. Desde bebés hasta abuelas, pasando por las amigas y las esposas. Y parecen ser las más emocionadas, porque son las que más apoyan, las que más reclaman y hasta las que más saltan.
No es raro ver al padre de familia que lleva a su hijo al partido, pero tampoco es raro ver que la mamá los acompaña. Tampoco extraña el novio que va acompañado de su novia, muchas de las veces porque es ella quien quiere ir al juego.
Como al juego de Santos y Estudiantes, que anoche estuvo colmado de público femenino que buscaba apoyar a su equipo en el último partido de la temporada regular.
Sufrieron con la expulsión de Oribe Peralta, gritaron que fue injusta y chiflaron al árbitro en cada falta que, a su juicio, dejaba de marcar a favor de los locales. Se saben con los argumentos para reclamar, luego de tantos años ocupando las tribunas verdiblancas.
Más que nunca traen puesta la camiseta del Santos Laguna no sólo para verse bien y coquetear en la pantalla, sino para presumir con orgullo que también son Guerreras. Especialmente ahora que se acerca la liguilla y que la posibilidad de otro título se antoja latente.
En un deporte considerado en otros tiempos sólo para hombres, ellas no se achican y gritan con todo desde las tribunas. "Pásala Darwin, tírale 'Chucho', corre Ludueña". Más allá de ser las que cargan con el lonche y el agua, comandar las porras desde el graderío es otra de sus misiones más importantes.
Mientras se comen el lonche o los nachos, no pierden detalle sobre cada jugada, cada movimiento del técnico Rubén Omar Romano y cada silbatazo del árbitro. Aunque también, de vez en cuando, recurren al espejo para retocar el maquillaje o arreglarse el peinado, no vaya a ser que la cámara las agarra descuidadas.
Y como no pueden dejar de lado su ojo femenino, quieren estar lo más cerca posible del terreno de juego cuando los jugadores van rumbo a los vestidores. Jonathan Lacerda, Christian Benítez, Iván Estrada, Darwin Quintero y el mismo Felipe Baloy son de los favoritos entre ellas. Aunque el técnico Romano y su auxiliar, Norberto Scoponni, no escapan a los piropos lo mismo de chicas que de grandes. Las más suertudas consiguen tomarse la foto con alguno de ellos, otras se conforman con que las saluden de lejos cuando van rumbo al túnel al finalizar el partido.