Philip Dick se asumió como un escritor marginal. Simpatizó los beatnik, experimentó con alucinógenos y se identificó con la izquierda.
Excepcional narrador dotado de una insólita imaginación, bajo el cobijo de anfetaminas y en constante acecho de estados sicóticos, Philip K. Dick labró una descomunal y compleja bibliografía que trasciende el género de la ciencia ficción y que lo ubica dentro del campo de la gran literatura contemporánea.
“¿Pueden escucharme pensar?”, se preguntó. Autopista fácil a la paranoia; sentado aquí, solo, los sintió sintonizarlo, monitorearlo, grabarlo, discutir... Se estremeció, se levantó, caminó sin rumbo, con las manos en los bolsillos. “No importa adónde vaya”, consideró, “siempre estarán conmigo. Siempre que tenga este aparato dentro de la cabeza”.
PKD, Lo recordaremos por usted perfectamente.
El penetrante y agudo poder de observación de la realidad fue la base a través de la que Philip Kindred Dick, escritor norteamericano nacido prematuramente en Chicago, en 1928, sentó las estructuras de una carrera literaria tenida a menos en sus inicios por la crítica, pero que con el paso del tiempo se colocó a la vanguardia.
La tragedia estuvo al lado de Dick desde su llegada al mundo. A los 40 días de nacido un severo estado de desnutrición puso fin a la vida de su hermana gemela Jane Charlotte, hecho que lo marcó de manera definitiva. Su madre, Dorothy Grant Kindred, puso gran empeño en hacerle sentir que era él, y no Jane, quien debiera haber muerto.
Tras un periodo de inestabilidad con cambios de residencia en Colorado, California y Washington, sus padres se divorciaron, quedando Dorothy con la custodia de su hijo.
En 1940 regresaron a Berkeley, California. En esa época Philip comenzó a leer ciencia ficción en Astounding and Unknown y otras revistas del género, en las que conoció a Robert Heinlein, Isaac Asimov y en particular a Van Vogt, quien posteriormente fue de gran influencia para él. Empezó a escribir historias cortas en el Berkeley Gazette y se integró al Club de Autores Jóvenes.
TIEMPOS DESARTICULADOS
Luego de haber cursado la primaria en un instituto especializado para niños con trastornos emocionales, y de padecer -desde los cuatro años- ataques de asma, taquicardia y episodios de agorafobia (aversión a los espacios abiertos), PKD ingresó a la Berkley High School en donde dio forma a sus iniciales cuentos y poemas; el más antiguo de ellos, The Devil, se publicó el 23 de enero de 1942. En esa etapa engendró su primera novela, Regreso a Liliput, de la que no quedó evidencia alguna.
Una vez concluida la secundaria, Philip pudo independizarse de su madre y trabajó reparando equipos de radio y televisión. Expandiendo sus gustos literarios abrazó la obra de Faulkner, Proust, Joyce y Flaubert, entre otros. También era aficionado a la música clásica. A los 15 años su salud mental se vio resquebrajada y el incipiente narrador tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico, a partir de lo cual se aficionó a las anfetaminas.
Se dedicó de tiempo completo a la escritura. Vendió varios relatos cortos a pulps de ciencia ficción. En 1952 la revista Planet Stories incluyó sus cuentos Beyond Lies the Wub, en julio y The Gun en septiembre. Tres años más tarde terminó la novela Lotería solar (Solar Lottery), que fue un éxito.
Ahí comenzó una etapa sumamente fértil para Dick en el terreno creativo, al mismo tiempo que atravesaba una situación complicada en el plano económico. Luego de publicar por casi una década con la pequeña editorial Ace Books, en 1958 una casa más grande, J.B. Lippincott, compró los derechos de Tiempo desarticulado (Time Out of Joint), uno de sus primeros grandes libros.
Kindred se mudó a Point Reyes, en el condado de Marin, California, y en medio de una inestable y agitada vida personal, rentó una cabaña al sheriff del pueblo para escapar de sus problemas. Entre 1963 y 1964 creó 11 novelas con ayuda de las enormes cantidades de anfetaminas y café que consumía. Entre esos volúmenes destaca El hombre en el castillo (The Man in the High Castle), que fue distinguida con el Premio Hugo y donde puede reconocerse la influencia de las doctrinas orientales y del I Ching, además de una obra fundamental del género: Los tres estigmas de Palmer Eldritch (The Three Stigmata of Palmer Eldritch).
ENTRE LA FAMA Y LA LOCURA
Desde un inicio PKD se asumió como un escritor marginal. Simpatizó con el movimiento beatnik, experimentó -no con mucha fortuna- con alucinógenos, se identificó con la izquierda. Alejado de las convenciones, fincó su asombrosa bibliografía en el manejo inquietante de planos narrativos paralelos, en la mixtura de géneros y en tramas basadas en una creatividad sin ataduras.
El calentamiento global, el pasado trastocado por el futuro, la disolución del sujeto, la humanización de las máquinas, la manipulación política de la información, la precognición del porvenir, la esquizofrenia y la locura fueron algunos de sus temas constantes, y logró plasmarlos con gran densidad literaria.
Su estrecha relación con anfetaminas y barbitúricos terminó por freírle el cerebro. Sus manías persecutorias y sus rasgos esquizoides provocaron que intentara suicidarse en un par de ocasiones. Igualmente en 1974 experimentó lo que calificaría como una “invasión divina”, que lo transformó por completo y gracias a la cual creyó haber sido elegido por una inteligencia artificial extraterrestre llamada Sivainvi (acrónimo de Sistema de Vasta Inteligencia Viva), lo cual originó -entre otras cosas- que creara su genial trilogía religiosa. A partir de su experiencia con las drogas escribió la asombrosa Una mirada en la oscuridad (A Scanner Darkly). En 1975 recibió el Premio John W. Campbell Memorial a la mejor novela por Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (Flow My Tears, the Policeman Said).
DEL PAPEL A LA PANTALLA
La industria del cine redescubrió a Dick luego de que en 1982 Ridley Scott rodara la paradigmática Blade Runner, basándose en el relato ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep?). Paul Verhoeven realizó El vengador del futuro (Total Recall, 1990), adaptación del cuento Lo recordaremos por usted perfectamente (We can Remember it for You Wholesale).
Por su parte, Steven Spielberg filmó Sentencia previa (Minority Report, 2002) adaptación del relato homónimo del nativo de Chicago. Con mayor apego a la literatura dickiana resultó el traslado de Una mirada en la oscuridad (A Scanner Darkly, 2006) fascinante ejercicio de Richard Linklater, quien empleó la técnica de rotoscopiado para mostrar un dantesco universo de drogas y paranoia.
De manera reciente otros cuentos de Philip llevados al séptimo arte han sido La paga (Paycheck, John Woo, 2003) y El hombre dorado, en el filme El vidente (Next, Lee Tamahori, 2007).
Asimismo se percibe la huella de PKD -sin acreditar- en las historias que dieron forma a películas como Abre los ojos (Alejandro Amenazar, 1997), que tiene similitudes con el argumento de Ubik; o El show de Truman (The Truman Show, Peter Weird, 1998) con semejanzas a la trama de Tiempo desarticulado.
PROFETA ENTRE LOS FARISEOS
Philip K. Dick falleció el 2 de marzo de 1982 en Los Ángeles, víctima de un paro cardiaco. Sus restos descansan en Fort Morgan, Colorado, al lado de los de su gemela Jane.
Su vasto legado, en el que conviven la complejidad, lo inaudito y la erudición, lo han posicionado con el correr de los años como un escritor de amplios recursos y posibilidades narrativas, habitualmente comparado con Kafka y Borges. Además es considerado como una autoridad dentro de la ciencia ficción. Un clásico del género, Stanislaw Lem, ha dicho sobre Dick: “Es un visionario entre los charlatanes, un profeta entre los fariseos, un buscador de las verdades ocultas bajo el manto de lo real”.
Correo-e: ladoscuro73@yahoo.com.mx
ANEXO:
BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA
-Lotería solar (Solar Lottery, 1955)
-Tiempo desarticulado (Time Out of Joint, 1959)
-El hombre en el castillo (The Man in the High Castle, 1962)
-Los clanes de la luna alfana (Clans of the Alphane Moon, 1964)
-Los tres estigmas de Palmer Eldritch (The Three Stigmata of Palmer Eldritch, 1965)
-¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep?, 1968)
-Ubik (1969)
-Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (Flow My Tears, The Policeman Said, 1974)
-Confesiones de un artista de mierda (Confessions of a a Crap Artist, 1975)
-Una mirada a la oscuridad (A Scanner Darkly, 1977)
-Sivainvi (VALIS, 1981)
-La transmigración de Timothy Archer (The Transmigration of Timothy Archer, 1982)
ENTRESACADO: La humanización de las máquinas, la manipulación política de la información, la precognición del porvenir, la esquizofrenia y la locura fueron algunos de sus temas constantes, y logró plasmarlos con gran densidad literaria