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El Senado y el mundo

GENARO LOZANO

Como cada año, y como manda la Constitución en su artículo 69, los distintos secretarios del Gabinete del Poder Ejecutivo comparecen ante el Congreso de la Unión en un ejercicio de rendición de cuentas y de diálogo entre los poderes del Estado mexicano.

Hoy lunes la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, comparece ante el Senado de le República para responder a las dudas e inquietudes de los senadores que acudan a escucharla, pero en particular a las de los 14 integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores, presidida por la senadora Rosario Green, la primera mujer que dirigió la diplomacia mexicana.

La canciller Espinosa tendrá mucho de qué hablar ante el Senado. Este año la diplomacia mexicana ha estado involucrada en multitud de temas. Desde la labor diplomática en foros multilaterales, y en particular el trabajo de México en el Consejo de Seguridad de la ONU, la organización de la COP16, la conferencia sobre cambio climático que México hospedará este año, pasando por asuntos bilaterales, como la Iniciativa Mérida, la respuesta mexicana a la Ley Arizona, el estado de la relación con Cuba tras las declaraciones de Fidel Castro, los daños a la relación con Centroamérica tras la lamentable muerte de los transmigrantes centroamericanos o los acercamientos de México con Brasil, China, la India y Sudáfrica, las economías en desarrollo cuyas características se parecen a la de México. En fin, ha sido un año intenso para la diplomacia mexicana.

Y sin embargo, por parte del Senado, y en particular de su Comisión de Relaciones Exteriores hay poco que decir. Hoy la Constitución le da al Senado responsabilidades claras en materia de política exterior en sus artículos 76, fracciones I, II y III, y en el 89, fracción X. Básicamente, hoy el Senado tiene una función supervisora de la política exterior mexicana al cuidar que la política exterior elaborada por el Ejecutivo cumpla con los principios de autodeterminación, no intervención, solución pacífica de controversias, igualdad jurídica de los Estados, proscripción del uso de la fuerza, lucha por la paz y cooperación internacional. Al mismo tiempo, el Senado tiene una facultad calificadora al momento de aprobar los tratados internacionales negociados por el Ejecutivo o de ratificar nombramientos diplomáticos.

Si bien las responsabilidades del Senado están escritas claramente, es casi imposible dar seguimiento al cumplimiento de esas labores. La Ley Orgánica del Congreso mexicano obliga a los legisladores, en sus artículos 43 y 46, fracción VI, a elaborar un informe de trabajo anual así como informes de actividades semestrales, que tienen como ideal el informar a la ciudadanía de la labor de nuestros representantes.

En el caso de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el informe de actividades está actualizado sólo hasta agosto de 2009. Es decir, hace ya 13 meses que esta comisión incumplió con rendir sus informes de actividades semestrales. Para ser justos, la Comisión de Derechos Humanos, presidida por la senadora Rosario Ibarra, ni siquiera tiene publicado en su página web su plan de trabajo desde el año 2006.

En países como Estados Unidos, de donde se copió el sistema político mexicano, la Comisión de Relaciones Exteriores es un actor influyente y de peso en la evaluación de la política exterior estadounidense, pero también en su formulación.

A lo largo de su trayectoria institucional, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense ha servido como contrapeso a una de las áreas donde el Poder Ejecutivo estadounidense tiene mayor margen de maniobra: la política exterior. Esta comisión ha desempeñado un papel fundamental en temas como la reconstrucción europea tras la Segunda Guerra Mundial, el endurecimiento de las sanciones a la dictadura cubana en los 90, la negociación comercial con México en 94, la cooperación antinarcóticos con Colombia y con México, etc.

Y en cambio, hay poca claridad en cuál papel ha desempeñado el Senado mexicano y en particular la Comisión de Relaciones Exteriores en la política exterior mexicana. ¿Cuáles insumos ha aportado para temas clave hoy en día como la Iniciativa Mérida?, ¿de qué ha servido esta comisión en la labor de México en el Consejo de Seguridad de la ONU? ¿cuál ha sido el papel del Senado en atacar la Ley Arizona?, ¿cómo se ha comprometido el Senado a evitar que vuelva a ocurrir una tragedia como la de los transmigrantes centroamericanos?

En fin, tres años de labores de una Comisión que no ha rendido cuentas claras de su papel en la política exterior de México. Tres años en los que la política exterior del gobierno de Calderón ha tenido aciertos y tropiezos, pero que no se ha visto apoyada o corregida por la labor del Senado, que el lunes dará muestras de que lo que le interesa es ya la coyuntura electoral de 2012 y no el dejar un legado de trabajo para el actuar de México en el mundo.

Politólogo

E internacionalista

Twitter @genarolozano

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