Para recordar al maestro, publico un extracto de mi participación en el libro La Conciencia Imprescindible. Ensayos sobre Carlos Monsiváis, publicado el año pasado por el Fondo Editorial Tierra Adentro:
Crónica. La palabra, al menos, es moneda de uso para comentaristas deportivos y reporteros de la nota roja. Explicarla, sin embargo, es muchas veces una tarea temible para maestros universitarios y jefes de redacción. Algunos utilizan como un mal sinónimo la expresión "nota de color"... Habitante endémica de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas, se distingue por tener la verdad como compromiso esencial y como norte inalcanzable. ¿Cómo distinguir entonces al cronista del reportero? ¿Cómo diferenciar la crónica del reportaje, de la "nota de color", del testimonio o aún de la nota informativa?
Entre quienes, con su ejercicio, han contribuido en los últimos dos siglos al enriquecimiento del género fundacional de la literatura americana, como lo llamó Alfonso Reyes, podemos enumerar a Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Gutiérrez Nájera, Martín Luis Guzmán, Vicente Leñero... Sin embargo, quizá el ejemplo más útil para acercarse a la siempre elusiva y volátil definición de crónica fue y sigue siendo Carlos Monsiváis, por la abundancia de su obra y por la variedad de herramientas y estrategias que aplica en sus textos.
La primera dificultad para acercarse a la obra de Monsiváis es distinguir la clave en la que escribe: donde algunos autores ven ensayos indiscutibles, otros atestiguan flexibilidad y subjetividad sólo atribuibles a la crónica. Se equivocan quienes han visto en esta técnica de confrontación de posturas una simple asimilación de las novedosas aportaciones del New Journalism norteamericano: si bien es cierto que Monsiváis es un asiduo lector de autores como Tom Wolfe y Norman Mailer, y que esta confrontación de voces es una de las herramientas preferidas de esta nueva forma de ejercer el oficio periodístico, también es verdad que la polifonía ha sido, durante siglos, un arma de la crónica en la América hispanohablante.
Es el propio Monsiváis quien parece aportarnos la fuente de donde heredó esta técnica, y lo hace en el prólogo a Ustedes les consta. Antología de la crónica en México. El texto, de 127 páginas, es una acuciosa disección del arte de la crónica desde el siglo XVI hasta nuestros días. Al referirse a las Conversaciones del payo y el sacristán, de Joaquín Fernández de Lizardi¸, Monsiváis escribe que "el éxito de esta última serie se debe a los argumentos dialogados -las posiciones se enfrentan y usted elige- que ratifican el carácter servicial de la prensa. Se dramatizan versiones ideológicas opuestas y/o complementarias, y al verlas expresadas con efectismo, el público adopta como suyos aquellos puntos de vista que le convencen y modifican su percepción".
Para comprender al Monsiváis cronista, y aun para acercarse a la crónica en el México de nuestros días, son muy útiles dos libros: El arte de la ironía. Carlos Monsiváis ante la crítica (compilado por Ignacio Sánchez Prado Ediciones Era, 2008) y La conciencia imprescindible (compilado por Jezreel Salazar, Tierra Adentro, 2009). Los compiladores han asimilado bien la enseñanza de Carlos Monsiváis: en una época en la que impera una avasalladora necesidad de ordenamiento, documentación y precisión científica, la mejor forma de acercarnos al caos no es definirlo, sino mostrarlo.
