El miércoles se presentó la canción "El futuro es milenario" como banda sonora para las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. La letra es de Jaime López y la música de Aleks Syntek. La canción fue presentada por la Secretaría de Educación Pública, entidad encargada de los festejos por el Bicentenario de la Independencia a nivel federal, y se anunció que la noche del 15 de septiembre se escuchará en las bocinas de la Plaza de la Constitución. Las reacciones a favor y en contra no se hicieron esperar. Y en medio de esta polémica sigue llamando la atención la doble cara, por llamarla de algún modo, con que nos conducimos como país.
La mayoría que juzga el trabajo de Syntek y López es la misma que hace más o menos un mes andaba agitando banderas al ritmo del waka-waka, gritando "México, México". ¿Desde cuándo la solemnidad se obtiene por decreto? ¿La celebración debe estar poblada por caras estiradas y las atmósferas fúnebres? ¿O debemos asumirnos como sólo charros y tequila?
Jaime López es uno de los creadores más lúcidos que tiene este país. Es uno de los pocos que han logrado combinar con maestría la densidad literaria con la habilidad para que la gente mueva los pies. Y eso es decir mucho. Por decirlo de algún modo, Jaime López ha sido el orquestador del taconazo nacional, que ha escrito canciones que son verdaderos himnos, por ejemplo "Chilanga banda", "Mi arpón", "A la orilla de la carretera" o "Nocaut", auténtica crónica bailable. Para las fiestas del centenario de Torreón colaboró en una canción que hizo Frino: se llama Ruta Norte, y pueden escucharla en Youtube. Antisolemne, López nos ha hecho bailar lo mismo con la poesía de Xavier Villaurrutia que con el Piporro. Y mientras bailamos nos hace pensar.
También Aleks Syntek tiene lo suyo. Su segundo disco "Bienvenido a la vida", contiene una propuesta original, inteligente, que no podía encapsularse en los cómodos tres minutos a los que el radio nos tiene acostumbrados. Es una sucesión de temas que exploran las inquietudes comunes a los seres humanos, desde el primer latido hasta que el cronómetro que traemos en el pecho se detiene. Y tampoco es un material envuelto en tufos de seriedad, almidonado, cinrcunspecto. Es un disco inteligente y con beat, con música entre pop y Rock & Roll.
López y Syntek saben bien lo que buscan con esa canción, y me gusta: más que mirar al pasado, están viendo al futuro: la canción es un voto porque México siga, por rescatar lo bueno que tiene el país y hacer votos para que no se extinga. En una fiesta, la música tiene que ser así. He bailado en muchas bodas el Baile del Gavilán, y hasta ahora no he sabido de un matrimonio que se invalide porque a la hora del festejo hubo cumbias y no mazurkas. Comentarios: vicente_alfonso@yahoo.com.mx
