"You may say I'm a dreamer, But I'm not the only one."
John Lennon
Los héroes se van jóvenes. Una muerte temprana mantiene fresco para siempre el rostro y la memoria. Es la única forma, en realidad, de evitar el envejecimiento. El arribo de la Parca borra los errores cometidos e impide que los últimos capítulos de la vida empañen los triunfos de la juventud.
Alejandro el Grande y Mozart deben una parte importante de su leyenda al hecho de haber fallecido jóvenes. John F. Kennedy y Luis Donaldo Colosio también. Marilyn Monroe y la princesa Diana no mantendrían su atractivo si se hubieran hecho viejas ante nuestros ojos. Comparémoslas con Brigitte Bardot o con Sofía Loren.
Hoy se cumplen 30 años del asesinato de John Lennon. De no haber sufrido ese trágico fallecimiento, hoy sería tan conocido como Paul McCartney y Ringo Starr, sus compañeros en el grupo de los Beatles; pero la muerte temprana lo ha convertido en leyenda.
Lennon fue un músico excepcional. Su trabajo, junto al del resto de Los Beatles, marcó no sólo los años sesenta y una parte importante de los setenta. Aún ahora, a 40 años de la desaparición del grupo, su música se sigue escuchando en la radio comercial, donde el único criterio de inclusión es la popularidad. A pesar del tiempo, el público no se cansa de escuchar las piezas de Lennon y McCartney o las de George Harrison.
John, sin embargo, fue mucho más que un simple músico. Su influencia personal se reflejó en sus compañeros de grupo y en buena parte de la juventud del mundo. Muy pronto dejó su papel original de artista para convertirse en uno de de los líderes intelectuales más importantes de varias generaciones.
Lennon asumió el papel social de un filósofo... un filósofo en el sentido más amplio de la palabra. Su figura en la segunda mitad del siglo veinte recuerda la de Sócrates en la antigua Grecia. El pensador de cabello largo se atrevía a hacer reflexiones públicas que cuestionaban dogmas profundos. En una ocasión dijo que Los Beatles eran "más populares que Jesús" y se preguntó qué perduraría más, si el rock and roll o el cristianismo. La declaración, tomada fuera de un contexto complejo, generó protestas, amenazas y quemas de discos de Los Beatles en los Estados Unidos. Cuando se interesó por las religiones orientales, millones de jóvenes lo hicieron también. Mucho le debe el movimiento hippie de los años sesenta y setenta.
Lennon, sin embargo, no era el hombre sosegado que parecía ser. Cuando McCartney declaró que abandonaría Los Beatles, Lennon fue a buscarlo enfurecido con ánimo de confrontarlo físicamente. Sus explosiones de celos eran terribles. La indiferencia a su primera esposa, Cynthia, y a su primogénito, Julian, contrastan con la imagen del hombre amoroso que tenemos por su relación con Yoko Ono y su hijo segundo hijo, Sean. En ocasiones se mostraba agresivo con extraños, especialmente cuando abusaba del alcohol. Sus experimentos con las drogas son bien conocidos.
Pero sus defectos no le impedían imaginar un mundo mejor y hacer esfuerzos por construirlo. No pretendía ser un santo, como esos falsos profetas que predican la virtud mientras esconden los peores pecados.
La muerte de Lennon el 8 de diciembre de 1980 fue un golpe brutal para muchos que lo veíamos no sólo como un artista admirado sino como un amigo cercano. Ese violento asesinato, sin embargo, ha servido para algo. Millones de hombres y mujeres en el mundo encuentran en Lennon todavía un ejemplo y una fuente de reflexión. Muchos no habían siquiera nacido hace 30 años. La muerte ha hecho a Lennon joven para el resto de la historia.
La gran sorpresa en las evaluaciones PISA de la OCDE de 2009 que se dieron a conocer ayer no es el desempeño de México sino el de Shanghai. En su primera participación, los estudiantes de esta ciudad china quedaron en primer lugar en las tres pruebas: lectura, matemáticas y ciencias. En la lista de 65 países participantes, México quedó en los lugares 46, 49 y 51.
Www.sergiosarmiento.com
