Forma de vida. También conocida como la 'Reina del Teatro Musical', Lolita ha destacado por su labor sobre los escenarios.
MÉXICO, DF. Lolita Cortés habla como si dentro suyo guardara la sabiduría del mundo y de toda la historia. No, mejor dicho, como si guardara toda la sapiencia de su mundo y su historia. "Amo el teatro porque es mi vida, no es una carrera es un estilo de vida y decidí tomarlo". En esta parte del teatro Jorge Negrete, donde participa desde hace cuatro años en el montaje Confesiones de Mujeres de 30, huele a humedad; el pasillo para llegar al camerino recuerda la expresión que habla del lobo, o la del extremo del túnel.
Las frases que salen de su boca pequeña -en realidad toda es pequeña- las pule y las deja salir con la brillantez de la plata; es decir, no son deslumbrantes como el oro, pero brillan por sí mismas.
"La magia que tiene la comedia musical radica en que se ve fácil. Cada escena te lleva a una canción y cada canción a un momento; en tu vida si estás enamorado empiezas a cantar una canción de amor...", dice.
"Esa es la vida diaria, aunque a muchos les parezca ilógica la comedia musical; perdón, cuando estás enamorado pones una canción y cantas en medio de la nada... No estamos tan lejos de la realidad", señala. No, no charla con el ánimo del sabihondo, "soy quien soy y tengo el carácter que tengo porque han sido muchos años lidiando con mucha gente que no ha creído en mí". Su ánimo no se inmuta incluso cuando oye la pregunta de porqué aceptó participar en el supuesto último programa La Academia de TV Azteca, si ahí no se hacen artistas. "Regresé al proyecto porque quise cambiar las cosas desde dentro. No estamos construyendo artistas, el artista nace, no se hace; los que llegan tienen un don, unos más desarrollados que otros; nosotros vamos a pulirlos. Lo que hagan de su vida después ya no me compete. Ya para que sea estrella depende de otro campo que está dentro de TV Azteca; son otras personas quienes los toman y los agarran y si los hacen famosos o no.
"A mí es donde me duele, porque son los menos indicados, porque no saben de música, de merchandising, pues no saben de nada, por eso ninguno de los alumnos ha podido lograr ese sueño; porque no están educados para saber qué hacen con ellos. Aquí lo que tenemos que cambiar es a esta gente", establece. Mientras empolva su cara y culmina muchas frases con la muletilla "sabes", que le sienta bien, habla de quienes de sus ex alumnos los ve con "espolones para gallo", y refiere nombres como Napoleón, Giovana, Sebastian, Many, "que le critican que es soberbio. Pero qué tiene de malo serlo, yo que no fui soberbia toda mi vida, me fue como me fue".
Al final de la charla, Lolita Cortés, esa muchacha cuya trayectoria en el rubro de la comedia musical es digna de seguir, treintona, vivaracha, con una hija que la acompaña, hurga en su caja de Pandora personal y regala vivencias... y sonrisas.