Fortaleza espiritual. Refugiarse en un culto ayuda a las personas a salir adelante, por su actitud y postura ante la vida.
Esta pastillita provee no sólo de esperanza o ilusiones, sino de una estructura mental fortalecida capaz de soportar los peores escenarios.
Por la crisis prescindieron de Roberto en su trabajo de contador a mediados de 2009. Se convirtió entonces en un vendedor ambulante, pero eso no bastó para menguar sus necesidades. Sus dos hijos debieron abandonar los estudios universitarios para auxiliar al gasto familiar, pues lo que faltaba no era menor... a su esposa le diagnosticaron cáncer en la matriz.
Roberto aceptó que no podía solo con la carga y buscó el apoyo de aquél a quien había abandonado desde mucho tiempo y que sabía no le daría la espalda. Se encomendó a Dios y hoy, aunque no ha encontrado trabajo, sus hijos no han regresado a la escuela y su esposa no se ha curado, milagrosamente sobrelleva con paciencia y entendimiento sus males.
Sabe que el Señor le tiene reservado un plan y que le dará tranquilidad y fortaleza para enfrentar en paz cualquier crisis. Lo que Roberto se ha recetado, a decir del filósofo estadounidense de las ciencias Daniel Dennet, es una pastillita conocida como "viagra moral o espiritual".
Esta pastillita provee, según psicólogos, no sólo de esperanza o ilusiones, sino de una estructura mental fortalecida capaz de soportar los peores escenarios.
"Ya sea el budismo, el cristianismo, el catolicismo, el judaísmo o cualquier otra práctica espiritual, otorga a las personas una paz interior y sensación de fe y esperanza, pero también una actitud y pensamiento fuerte, pues te sientes protegido por la divinidad y enfrentas los retos con mayor fuerza", explica la neuropsicóloga Guillermina González.
La especialista señala que por ello y ante los tiempos de crisis, especialmente en los meses por venir, es recomendable que las personas estén próximas a la espiritualidad o la divinidad.
"El concepto que ellos elijan y desde la perspectiva que deseen, pero siempre conectados con un ser divino que los conecte consigo mismos", dice González.
"Entrar al mundo de los misterios, de luces y sombras, incluso en el mundo de las adivinaciones o espiritismo, es un conjunto de creencias que forman parte del ser humano, pero al mismo tiempo cumplen una función social, juegan un papel de trascendencia y no sólo dan alternativas para el futuro, sino también otra perspectiva de la vida y consuelo", explica Bernardo Barranco, especialista en religiones.
CONTRA TODO PRONÓSTICO
Es así como existen casos de desahuciados relacionados con la fe que parecen inexplicables a las razones científicas. La experiencia de Cecilia es una de esas anécdotas, pues sus semanas de vida estaban contadas.
"No pasa de un mes", aseguraron los médicos a los hijos de Cecilia, quien sin embargo, siempre estuvo apegada a la creencia de que si Dios le mandó esta enfermedad había sido por algo, para fortalecerla en su fe. Han pasado más de dos años de ese diagnóstico y Cecilia vive.
Las explicaciones de los psicólogos y psiquiatras apuntan a que las personas con un fundamento profundo espiritual tienen siempre mayores posibilidades de salir de la enfermedad, porque su actitud y postura ante la vida disminuyen los niveles de temor.
"Los niveles de estrés son diferentes si una persona no tiene ninguna creencia o práctica espiritual, pues en el caso de enfermedades terminales adoptan una actitud relajada ante la muerte al grado de que pueden revertir el cáncer", dice Guillermina González.
Lo cierto es que no sólo salen avantes en padecimientos físicos, sino de conflictos familiares, de pareja o laborales.
"Algunas personas que se quedan sin trabajo o que tienen uno distinto a la profesión que estudiaron, se sienten felices pese a sus condiciones. Disfrutan de no tener, pero hacen su máximo esfuerzo por mejorar sus condiciones, el aliciente es que se sienten amparados y siempre acompañados", dice la especialista.
LOS INCRÉDULOS
Agnósticos refieren que esta explicación de la vida, desde un punto de vista religioso, es un acto de conformismo ante la vida por la incapacidad de las personas. Les han llegado a decir "fracasados". Lo cierto es que esta concepción surge de la debilidad o fractura que existe en el proyecto cultural de la sociedad.
"El ser humano está empobrecido, es incapaz de expresar solidaridad, se aísla y todo lo percibe desde un sentido utilitario. Es así como se pierde el sentido de la vida. Ahí las religiones y la espiritualidad, que al final son lo mismo, otorgan un sentido de trascendencia que no se pierde", dice Jorge Traslosheros, del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El especialista aclara que la religión no es un paliativo psicológico en un periodo de crisis, sino que simplemente emerge una veneración que se había relegado, "Dios siempre aparecerá en las crisis y en las alegrías".
"Lo espiritual o religioso no es una aspirina que cura temporalmente, no te priva tampoco del sufrimiento, ni duele menos, pero le otorga sentido a estas vivencias", dice Traslosheros.
LAS RECOMENDACIONES
Guillermina González asegura que todo aquello que te acerque a la espiritualidad puede auxiliar.
La meditación, el estudio de la Biblia independientemente de la religión, la lectura de frases de Mahoma o del Dalai Lama, oraciones milagrosas o para fortalecer el espíritu, escuchar música sacra o las historias de milagros pueden ser buenas opciones.
Todo ello logra un entendimiento y sensibilidad que permiten que la vida espiritual fluya y sin duda den continuidad a mecanismos externos de la vida diaria, dice González, quien además asegura que estas personas ven humildemente a sus semejantes, dan amor fácilmente y perdonan, por lo que se convierten en agentes de cambio.
"Practicar la gimnasia espiritual, que al igual que la gimnasia física, proporciona salud, vigor, esperanza y fuerza compartida, da una disciplina de pensamiento y actitudes que sin duda mejoran las condiciones", comenta.
La especialista refiere que tan sólo en el buscador de Google México aparecen 807 mil sitios web que contienen información acerca de la fortaleza en el alma, en la fe y en el espíritu.
SÓLO UN FENÓMENO
Se ha comprobado que cuando existen periodos de crisis resurgen o hay brotes de una religiosidad mayor, no sólo individual, sino popular, como ocurrió en la crisis económica de 1995, con apariciones de manchas que asemejaban imágenes de la Virgen de Guadalupe.
"Estaba la virgen del metro, la que se dibujó en los árboles, la de la mancha de vapor en los cristales, la que lloraba sangre. Este fenómeno sólo reflejaba la difícil situación en diversos ámbitos que la sociedad estaba viviendo", dice Bernardo Barranco.
Es por ello que en estas épocas de desempleo, desesperanza y enfermedades, la afluencia al templo de San Judas Tadeo, el Santo de las causas perdidas, ha crecido considerablemente.
Un culto en contrasentido surgido también en periodos críticos es la adoración a la Santa Muerte, donde los grupos sociales excluidos como el de los ladrones, las prostitutas los vendedores ambulantes y los narcomenudistas encontraron refugio y protección, dice Barranco.
Guillermina González también recuerda que en los periodos de crisis la gente suele enojarse con Dios, porque no entienden el sentido de su sufrimiento o por qué les manda tanta desgracia. "A veces la práctica religiosa es tan estricta que existe baja tolerancia a la frustración. Puedes ir cada ocho días a misa y estar igual de carente que el que no asiste".
A decir de Traslosheros, el sentido a la vida lo dan las relaciones con los demás, y es de suponerse que la más importante es la que se establece con Dios, "si esos lazos están ordenados, lo demás trabaja por sí solo y bien".
Los propios ateos, como el filósofo Dennet, abren el debate sobre la necesidad de una práctica espiritual:
"Si la religión o la espiritualidad ayuda a la gente a llevar una vida moral y en paz, entonces una vez que tomas en serio la proposición de eliminar en serio la religión, y dejamos que el diablo se apodere de la mayoría, podríamos tener ese caos al cual la gente teme. Mucha gente quiere que su vida tenga significado y ¿de dónde va provenir? Esperemos que haya algo mejor que la religión, pero ¿Qué cosa va a ser?", se pregunta.