El próximo cuatro de julio se llevarán a cabo elecciones en doce estados, entre ellos el vecino estado de Durango, doce gubernaturas, doce congresos e infinidad de alcaldías; independientemente de los resultados, ya muchos de ellos adelantados por las encuestas, lo que sí tendremos con seguridad serán las acusaciones de fraude, acompañadas desde luego de las correspondientes rasgadas de vestiduras, y al verse perdidos, tratarán de romper las elecciones, más violencia y más guerra sucia. "El fin justifica los medios".
Ante esto me hago una reflexión ¿cuánto dinero nos costará las elecciones de mañana? Eso se lo dejo de tarea a los medios, pero sería interesante para hacer un comparativo entre ese costo y lo que se invierte en educación, cultura y deporte, que serían los tres pilares del desarrollo nacional y la única forma de detener el deterioro social del que, ya parece, no nos vamos a recuperar jamás.
Es cierto, buscar que se respeten los derechos cívicos de los ciudadanos a escoger quién los represente va encaminado a construir parte de la dignidad del ser humano, pero esa dignidad debe ir aparejada al respeto que deben mostrar las instituciones y el Gobierno, demostrando ser menos mezquinos y con grandeza, a la hora de distribuir los presupuestos.
Yo no he acabado de entender y me gustaría que alguien me lo explicara: si quieren que las mujeres se integren al trabajo y produzcan, con jornadas laborales que abarcan en el turno diurno de ocho de la mañana incluyendo la hora de comida, a las cinco de la tarde, y si no hay guarderías o estancias, y las escuelas suspenden el curso diurno a las doce, ¿dónde quieren que les cuiden al "futuro de México", que les den de comer "nutritivo", que duerman su siesta, que le cambien los pañales, que les hagan al menos un cariñito durante el día, que les limpien su carita y si está enfermo les den su medicina? No se le puede pedir a la madre que después del trabajo llegue a su casa fresca como una lechuga, feliz y contenta a hacer las faenas del hogar y atender a sus hijos y marido, ¡si es suertuda! en suma ser eje de una familia funcional. ¡Imposible!
Estudios muy serios demuestran que al niño de cero a tres años que no recibe la alimentación, higiene, cariño y cuidados adecuados, no se le desarrollarán las paredes internas del cerebro, y la diferencia con aquellos niños que sí tuvieron esos cuidados a los cinco años es abismal y el daño es irreversible. Esos niños no podrán aprender, ni desarrollarse igual a los otros niños; ahí automáticamente se cancela igualdad de oportunidades que tanto se pregona.
¿Sabe usted cuánto es el presupuesto anual para estancias en nuestra ciudad? Tres millones de pesos, según me informó el titular de Sedesol en el Estado, y éstos se aplican a cincuenta estancias de aproximadamente entre diez y quince niños, o sea ¡menos de seis mil pesos anuales por niño!
Bueno, pues le digo que aun la peor estancia es mejor que nada, de ese tamaño están las cosas.
En el afán de hacer una propuesta a nivel federal para tratar de mejorar esa situación, quise conocerlas visitándolas una por una; bueno pues es una tarea que me va a llevar más tiempo del que yo pensaba, porque resulta que Sedesol en su página no da la información, ni de los concesionados ni de las ubicaciones, llamé a la titular de Sedesol en esta ciudad porque al enviar una persona a buscar la información se negó a darla, y pensé que tal vez a mí sí me la daría, para no evidenciar la falta de transparencia y igual se negó aduciendo seguridad, (¿?¿?) no fuera a ser que se les causara un daño. Tal vez más bien por seguridad de ella al hacer con los recursos federales un coto de poder y usarlos de manera discrecional, o tal vez estas estancias no existen o son los futuros ABC y no reúnen lo mínimo requerido en materia de seguridad. La actitud por sí sola causa sospecha.
Si queremos tener un futuro para esos millones de niños que se quedan al cuidado de las vecinas, abuelas o hermanitos más grandes; debemos insistir que los presupuestos para las estancias sean reales, transparentes y que se aumenten cuando menos diez veces, para tener más y mejores estancias; hacer entender a quienes nos gobiernan que invertir en políticas que dignifiquen a la población ya de por sí desesperada es la mejor campaña que podrían hacer, aliviar un poco a las mujeres con la ya de por sí pesada carga que tienen, el cuidado de los bebés es más importante que el de los niños de preescolar y primarias, los desayunos escolares no podrán sustituir jamás el deterioro de ese bebé que no fue atendido.
Y pensar que unas elecciones como las de mañana sumarán miles de millones de pesos gastados por los partidos y por los Institutos Electorales, para garantizar nuestra "democracia". No en balde la gente está tan desencantada.