En respuesta al escándalo de abusos clericales en el mundo, el Vaticano emitió un nuevo conjunto de normas para sancionar a sacerdotes que violen y molesten sexualmente a menores de edad e incapacitados mentales.
Las normas amplían de 10 a 20 años la prescripción por abuso sacerdotal y también codifica por primera vez como delito canónico la posesión o distribución de pornografía infantil.
El documento emitido, sin embargo, no menciona la necesidad que los obispos denuncien los abusos a la Policía y no incluye una política de cero tolerancia, como han exigido grupos de víctimas en Estados Unidos.
El documento contempla que cualquier intento de ordenar a una mujer como sacerdote quede a cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, justo como el abuso sexual. Los críticos se han quejado que la inclusión de ambas circunstancias en el mismo documento implicó equipararlas.
Las normas de la congregación marcaron la primera vez que el Vaticano publica un documento importante desde que estalló el escándalo de abusos clericales a principios de año, con cientos de casos que salieron a la luz de sacerdotes pederastas, obispos que encubrieron a los curas y funcionarios del Vaticano que se volvieron de la vista gorda durante décadas.
El documento incluye delitos contra los sacramentos, como profanar la Eucaristía, violar el secreto de confesión y por primera vez, la apostasía, la herejía y el cisma.