Cumplida la ronda número 36 de las licitaciones 20 y 21 de las bandas de 1.9 y 1.7 gigahercios del espectro para telefonía móvil, el binomio integrado por Televisa y Nextel sigue goleando... sin despeinarse. Más aún, apoltronado en la banca.
Mientras el resto de los competidores, es decir Iusacell, Telcel y la Telefónica México, léase Movistar, empujan una y otra posturas para obtener un girón de 10 megahercios en alguna de las nueve regiones, con énfasis en la novena, que alcanza al centro del país, los favoritos del rey observan desde lejos la golpiza, tras amarrar un bloque de cobertura nacional de 30 megahercios en la banda de 1.7.
Dadas las reglas diseñadas por la Comisión Federal de Telecomunicaciones y avaladas por la Comisión Federal de Competencia, mientras Televisa-Nextel van solos por los bloques nacionales, los otros sólo pueden pelear por los regionales.
Bajo ese prisma, es decir la imposibilidad de rebasar cada empresa un máximo de 80 megahercios, y dado que el binomio llega virgen, considerando que para Televisa el negocio es nuevo, y Nextel operaba en otra banda, éste se sentó en su primera postura, mientras el resto se desgreña.
Dicho más gráficamente, Televisa y Nextel colocaron en la buchaca en la primera ronda la postura mínima requerida, es decir 180.3 millones de pesos por la posibilidad de ofrecer servicios AWS (Advance Wireles Services), mientras Telcel, Iusacell y Movistar alcanzan en la puja 303 millones de pesos por un pedazo del mismo ancho de banda, tras empezar desde un mínimo de 24.
Si el punto final de la licitación llegara ahí, el dúo maravilla estaría pagando por un bloque nacional el 19.3 por ciento de uno regional, equivalente a la tercera parte del espectro.
Ahora que, de acuerdo a los expertos, el monto que debería pagarse por un bloque nacional es de mil 559.5 millones, es decir Televisa y Nextel cubrirían sólo el 11.6 por ciento del valor real.
La ganga del milenio.
Sin embargo, si consideramos los costos a que se han subastado en Estados Unidos espectros similares, es decir en el mismo ancho de banda y para el mismo servicio de AWS, la oferta se vuelve regalo.
Realizado en el 2006 el ejercicio, hete aquí que los ganadores de la pelea pagaron el equivalente a 53 centavos de dólar por megahercios/habitante en aquellas regiones con más de 250 mil, en tanto en nuestro país se está recibiendo una contraprestación equivalente a 0.009 centavos de dólar por habitante, es decir 118 menos.
Y si le seguimos, en la región nueve, que incluye al Distrito Federal y área metropolitana, el Estado de México, Hidalgo y Morelos, se estarán pagando 0.06 centavos de dólar, es decir nueve veces más que la cobertura nacional.
Naturalmente, la subasta en Estados Unidos planteó la misma mecánica que la que se realiza en México.
Ahora que a la mejor estará usted pensando que no se valen las comparaciones, dadas las asimetrías entre los dos países.
Sin embargo, aún considerando el diferencial de PIB per cápita de 3.25 veces entre México y Estados Unidos, y si quiere hasta la diferencia en derechos y obligaciones de inversión, el diferencial es 62 veces mayor en relación con el país vecino.
Se diría, pues, que mientras allá se compite, aquí se regala a quienes se les otorga trato de favoritos.
Naturalmente, diseñadas las reglas como traje a la medida, Televisa-Nextel puede aún pelear por 30 megahercios adicionales por región, en particular de la nueve, desplazando o bloqueando el crecimiento del resto de los operadores establecidos, gracias al subsidio otorgado.
Dicho con todas las letras, si le regalan el bloque nacional, se puede dar el lujo de mejorar sin problemas de caja las ofertas por los regionales, aún cuando pudiera incurrir en una práctica predatoria sancionada por la Ley Federal de Competencia Económica.
Por lo demás, como usted sabe, de acuerdo al Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal de Derechos, aprobado por mayoría de priístas y panistas en el Congreso, la contraprestación derivada del resultado de la subasta 20 se pagará hasta dentro de dos años.
Si la concesión empezara a operar el 30 de diciembre de este año, el dinero se cobraría el primer día de 2012. Si lo hiciera después del primero de diciembre próximo, se entregaría el primer día del 2013.
Digamos que si la concesión se otorgara entre el primero de agosto y antes del primero de diciembre, Televisa-Nextel se estaría ahorrando mil 352 millones, suma que llegaría a mil 900 sí ésta se otorga después del primer día de diciembre.
La paradoja del caso, es que las reglas hablaban de buscar el equilibrio.
BALANCE GENERAL
De prosperar un acuerdo de asamblea planteado la semana pasada, este jueves estallará formalmente una huelga en la mina propiedad de la empresa canadiense Gamon Gold, promovida por la sección 142 del sindicato minero.
La factoría productora de oro y plata localizada en Guanajuato, está en paro desde los primeros días del mes, ante la negativa de sus directivos de otorgar un monto de reparto de utilidades exigido por los trabajadores.
Según la empresa, no hay nada que repartir.
En el enfrentamiento, la firma del país de la hoja de arce ya despidió a 395 empleados y demandó a sus dirigentes, además de amenazar con salir de la entidad federativa.
De hecho, los documentos de rescisión de contrato ya fueron entregados a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
OTRA CONTRA GRUMA
Sin haberse concretado aún el monto de la indemnización a que tiene derecho el Grupo Maseca tras el anuncio de la expropiación de una de sus plantas en Venezuela, Molinos Nacionales, el amago alcanza ya a otra de ellas, conocida como Demaseca.
La factoría productora de harina de maíz nixtamalizado fue tomada por el ejército en cumplimiento de una orden de ocupación de 90 días, aparentemente con la mira de decretar su expropiación.
La exposición de motivos habla de evitar el ocultamiento de productos frente a la grave escasez que enfrenta el país, lo que ha elevado su inflación a dos dígitos.
Las plantas, sin embargo, operan normalmente.
LEVY EN ESPAÑOL
Finalmente, bajo la firma de Océano, apareció en México "Buenas intenciones; malos resultados", el libro escrito por el ex director general del Seguro Social y ex subsecretario de Egresos de Hacienda, Santiago Levy, en que se hace la crítica más aguda y documentada a los programas sociales del Gobierno mexicano.
La primera edición, comentada ampliamente en este espacio, se publicó en inglés.
El eje central del texto borda sobre el que éstos sólo han provocado un incremento desbordado de la economía informal, al punto de que ésta emplea actualmente a más de la mitad de la fuerza de trabajo del país.
Naturalmente, no hay prestaciones ni seguridad social.
La conclusión señala que el pésimo diseño de los programas sociales ha propiciado en paralelo un bajo crecimiento de la productividad; la infracción de las leyes concebidas para proteger a los trabajadores, y una caída vertical del país en materia de competitividad.