La expansión del narcomenudeo incrementó en Sinaloa la ola de ejecuciones, cuya cifra en los últimos cinco años alcanzó cinco mil 705 decesos violentos. (Archivo)
La expansión del narcomenudeo incrementó en Sinaloa la ola de ejecuciones, cuya cifra en los últimos cinco años alcanzó cinco mil 705 decesos violentos, cuyas víctimas en un gran porcentaje son jornaleros, albañiles, comerciantes, choferes y desempleados.
En un estudio sobre el Comportamiento Criminalístico en el estado, se observó que familiares de dos mil 380 personas asesinadas eludieron aportar datos que identificaran el oficio o ocupación que en vida realizaron las víctimas, lo que hace presumir una vinculación a tráfico de drogas.
Rolando Bon López, subprocurador de Justicia de Sinaloa, expuso que el narcomenudeo se ve entrelazado con la intensificación del tráfico de armas. La violencia no sólo ha provocado los más altos índices de homicidios dolosos, sino una espiral incontrolable de robo de autos y otros delitos asociados, agregó.
De un registro de cuatro mil 748 vehículos robados en los primeros 10 meses de 2009, en el mismo periodo del presente año ya van siete mil 104, con el agravante de que los delincuentes suelen recurrir a los despojos violentos.
