En busca de la “Partícula de Dios”
En 1994 se dio luz verde a un gran proyecto. Una máquina para conocer nuestro origen. Quince años después, luego de una larga construcción, se puso en marcha una máquina impresionante, un aparato con el cual se podrán descubrir los secretos más íntimos de la historia del universo así como de la materia: el Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Su sede: Ginebra, Suiza.
Fue a finales de 2009 cuando se puso en marcha esta revolucionaria máquina en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN). Hoy, este aparato rodeado de historias sobre el posible fin del mundo, es uno de los adelantos tecnológicos más reconocidos.
En el proyecto, que tuvo un costo de 3,400 millones de euros, trabajan miles de físicos e ingenieros.
El catedrático de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Muñoz, ha dicho que el 85% de la materia del universo es desconocida y “si se descubre alguna partícula supersimétrica, alguna partícula nueva, podría ser candidata a la materia oscura del universo”.
Luego de algunas pruebas, a finales de marzo, el Gran Colisionador de Hadrones logró la mayor energía de colisión que tuviera un acelerador de partículas.
Las colisiones crearon simulaciones a pequeña escala de la explosión primigenia que ocurrió hace 13,700 millones de años, cuando se cree que se creó el Universo.
De acuerdo a información proporcionada por expertos, el LHC funcionará de manera total el próximo año y se detendrá en el año 2012 para realizar algunas mejoras, pero luego en 2013 alcanzará su máxima energía.
Uno de los pasos más importantes del LHC fue el pasado 28 de junio, cuando rompió su récord, duplicando el número de colisiones de partículas por segundo. La CERN informó que en esa ocasión, el colisionador realizó cerca de 10 mil choques por segundo, muy cerca de sus objetivos.
Detrás de este Gran Colisionador de Hadrones, hay miles de personas que han dedicado horas, vida y salud a este proyecto. Tal es el caso de Fabiola Gianotti, una italiania de 48 años que encabeza un grupo de 3 mil ingenieros y físicos del experimento del Atlas, uno de los 4 detectores del LHC.
En una entrevista para un medio español, esta científica dice que “en los últimos años, la física teórica ha desarrollado muchas ideas, algunas muy interesantes, muy inteligentes, pero la naturaleza siempre es más bella, más ordenada y más simple que todas las teorías. Para mí, como científica, lo más bonito sería encontrar algo completamente inesperado. Si tuviera que elegir algún escenario que podría verificarse pronto yo diría que será el de las partículas supersimétricas, que podrían manifestarse incluso este año en los datos del LHC”.
Pero uno de los temas que más ha llamado la atención es el temor que esta máquina pueda acabar con la vida en la Tierra.
Sin embargo, datos publicados en la revista National Geographic en español, afirman que aunque suene peligroso que el haz de partículas del LHC podría agujerar prácticamente cualquier cosa, la víctima más probable podría ser el mismo aparato.
Este LHC, ya no es el único acelerador de partículas en el mundo. Hay otros países que cuentan con un aparato similar, de menores proporciones, pero que también han alcanzado ya algunos descubrimientos importantes. Tal es el caso de Estados Unidos
El 22 de marzo de 2010, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, inauguraron su primer acelerador de partículas.
Los experimentos del LHC podrían ayudar a los físicos a entender cómo el universo creció con un poco más de materia que de antimateria.