Reto. El actor narró que jamás buscó imitar al rey Jorge VI, lo que hizo fue acercarse a él comprendiendo lo que le pasaba.
LONDRES, INGLATERRA.- Colin Firth vuelve a dar una lección interpretativa en The King's Speech, la cinta que narra la peculiar relación entre el rey Jorge VI y el logopeda que le ayudó a superar su tartamudez para convertirse en el líder que el Reino Unido necesitaba en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.
Tras un 2009 plagado de reconocimientos por su interpretación de un profesor homosexual en duelo por la muerte de su pareja en A Single Man, el actor británico está de nuevo entre los favoritos para la temporada de premios que está a punto de comenzar, y en la que de momento figura como candidato al Globo de Oro.
"Es emocionante que la gente piense que podría ganar un Oscar por este papel", confesó Firth en entrevista donde matizó que la carrera hacia la dorada estatuilla "es todavía muy larga" .
Jorge V, rey del extenso Imperio Británico, encarga a su segundo hijo, Bertie, encarnado por Firth, el discurso de clausura de la Exposición del Imperio de 1925, una aparición pública llena de dramatismo, marcada por la incapacidad del joven para hablar sin tartamudear.
El aristócrata, que en aquel momento tenía casi 30 años y estaba ya casado, es incapaz de articular palabra ante el atento público que abarrotaba el estadio de Wembley y los millones de personas que seguían la retransmisión del evento a través de la BBC. Dos minutos de angustioso silencio debido al bloqueo del heredero al trono son el punto de partida de una película que consigue añadir notas de humor a la sobrecogedora situación de un hombre llamado a ser rey que se siente incapaz de hablar a su propio pueblo.
Para hacer creíble su interpretación, Firth logró salvar la ausencia de parecido físico con el personaje empapándose de él, visionando grabaciones con apariciones de Jorge VI, leyendo documentos históricos y trabajando con un logopeda.