En la tercera edad, dale su lugar
Sin duda llegar a la tercera edad resulta complicado para muchas personas, porque hay quienes alcanzan esta etapa de la vida en medio de una sensación de desesperación, abandono y sin un proyecto de vida después de que se educó y formó a los hijos, quienes ya se independizaron y formaron su propia familia.
Papá ya se hizo abuelo y es entonces cuando las personas que le rodean, especialmente los hijos y los nietos deben hacer el máximo esfuerzo por propiciar que él se siga sintiendo parte importante e integrada, refiere la psicóloga Sara Franco de Garibay, responsable del departamento de Psicología del Centro Alzheimer de la Laguna, Asociación Civil.
Darles tiempo y acompañamiento efectivos es fundamental para lograrlo, pero que ésta sea una presencia entregada, de manera que “mientras estemos con ellos no pensemos en lo que tengamos pendiente por hacer o todos los compromisos que dejamos a un lado para atenderles, pues esto les hará sentir como que estamos desperdiciando el tiempo por cumplir”.
“Por el contrario, hacerlos sentir importantes implica colocarnos en su posición ante la vida, olvidarnos de las prisas y caminar a su ritmo, tomarnos el tiempo que sea necesario para escucharlos y nos escuchen, pero sin agobiarlos con nuestros problemas ni alterar la tranquilidad que ya se merecen a esa edad, sino pidiéndoles su consejo, esto también los hará sentir muy tomados en cuenta”, refiere.
Incluirlos en festejos familiares, celebraciones y todos los acontecimientos servirá para que ellos no se sientan excluidos ni experimenten una sensación de rechazo o abandono, tomando en cuenta que la soledad es una constante cuando se llega a esta etapa de la vida.
Sara Franco señala además que responder a todo lo que han dado como padres, con agradecimiento y dedicación de tiempo, es una de las mejores formas de hacer sentir bien a los abuelos; por desgracia, hay quienes enfrentan mucha desolación y la ingratitud de los propios hijos por lo que se hizo o se dejó de hacer.
AHORRAR PARA UNA MEJOR VEJEZ
Las actuales generaciones de personas de la tercera edad no se prepararon para la vejez, por lo que muchos de ellos terminan dependiendo económicamente de sus familias y esto los envuelve en una dinámica de tener que aguantar muchas cosas, incluyendo malos tratos y abusos, para no quedarse en el desamparo.
Desde la etapa productiva, es necesario comenzar a prever y formar un ahorro para llegar a una vejez integrada y tranquila, conservar la autosuficiencia y aprovechar todo el tiempo libre que ésta implica para desarrollar las actividades que siempre quisimos hacer pero no las atendimos por falta de tiempo.
Hay que fijarse un proyecto de vida que no se limite a la crianza y educación de los hijos, pues de lo contrario cuando ellos crezcan y se vayan “nos invadirá la sensación de soledad y de que ya no hay más que hacer”, sino que contemple más allá y estemos en la disposición de seguir aprendiendo, ser autonómos y hacer algo por los demás, indica Franco.