Es que ni ustedes ni nosotros hayamos oído hablar de ella. Estamos ciertos que nunca salió en las páginas de sociales de nuestros periódicos anunciando un viaje al extranjero o festejando el aniversario de algunos de sus hijos. Es más, tenemos la certeza de que su matrimonio no ocupó una sola línea ágata en las crónicas sociales.
Que haya disfrutado de unas vacaciones en el extranjero para esquiar o haya ocupado con su familia una suite en algún hotel de lujo de cualquier destino playero de México. Nunca formó parte de los Patronatos importantes de nuestra comunidad.
Fue un producto de la cultura del esfuerzo, porque llegó a ganarse grados y escalafón en los cuerpos policiacos, todos ellos machistas por antonomasia. Por eso todo le debió ser muy difícil.
A una familia de cuatro pequeños hijos debió serle muy arduo, pero una mañana todo acabó para ella cuando unos criminales le cortaron la vida el pasado día 14 de este mes, mientras la banda de asesinos trataba de asaltar a mano armada una casa de empeño en el Centro de Torreón.
A Patricia Ruelas, Segunda Comandante de la Policía Municipal, quien en cumplimiento de su deber y en defensa de la sociedad de Torreón, murió a los treinta y cinco años de edad dejando cuatro hijos en la orfandad.
Nuestra comunidad turbada por el crimen, el temor y la inseguridad no obstante de haber conocido el hecho, siguió adelante y volteó la vista a otro lado, más preocupada en la lucha diaria por su sobrevivencia en medio de este caos que abate a nuestra ciudad.
Este hecho nos debe hacer reflexionar sobre los servidores públicos que sí cumplen con el deber que les ha sido encomendado como es defender a la sociedad. Son muy pocos, pero por fortuna aún los hay. Ojalá el sacrificio de Patricia Ruelas, Segunda Comandante de la Policía Municipal, no sea en vano y sirva además, como ejemplo a todos los cuerpos policiacos, estatales, federales y municipales en el sentido de que no todo está perdido y que aún podemos confiar en alguien.
Tiene una deuda pendiente con Patricia Ruelas y sus cuatro hijos huérfanos.