Un mexicano fue sentenciado a cárcel en Nueva Zelanda por cazar y poseer lagartos nativos protegidos, en un caso que el juez comparó con el contrabando de marfil.
Gustavo Eduardo Toledo Albarrán, un chef de 28 años de edad, fue condenado junto con un suizo a seis meses de prisión, pero el juez Raoul Neave les redujo la pena a 18 semanas debido a que se declararon culpables de violar la Ley de la Vida Silvestre de Nueva Zelanda. El suizo, Thomas Benjamin Price de 31 años, es un agente de bolsa.
Al anunciar la sentencia, Neave dijo que la vida silvestre está en peligro en todo el mundo y que las acciones de los dos indiciados no eran diferentes a los delitos de los traficantes de marfil.
Benjamin Price y Toledo Albarrán llegaron a Nueva Zelanda a principios de febrero y viajaron a la península de Otago en la Isla Sur.
Toledo Albarrán pasó cinco días en busca de lagartos, según declaraciones presentadas en la corte. Price admitió la posesión de lagartos mientras que Toledo Albarrán aceptó que los cazaba ilegalmente. Ambos entregaron los reptiles al ugandés Manfred Walter Bachmann para que los sacara de contrabando del país.
Bachmann, un ingeniero nacido en Alemania, fue atrapado el 16 de febrero con 13 lagartos adultos y tres reptiles jóvenes en la ciudad sureña de Christchurch. Fue condenado a 15 semanas en prisión y a la deportación cuando quede libre.
