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Enfrentan la crisis como pueden

Educativo. Saúl ha incluido a sus hijos en la conciencia de generar ahorros para el hogar. No reniega. Verónica dijo que lo más importante es sacar adelante a sus hijos, sin renegar sobre las circunstancias que enfrente.

Educativo. Saúl ha incluido a sus hijos en la conciencia de generar ahorros para el hogar. No reniega. Verónica dijo que lo más importante es sacar adelante a sus hijos, sin renegar sobre las circunstancias que enfrente.

FABIOLA PÉREZ-CANEDO

El Siglo de Torreón inicia hoy una serie mensual de reportajes en los que se dará seguimiento a las dificultades económicas que enfrentan tres familias laguneras debido a la crisis que golpea al país desde el año pasado

Ahorrar ya es obligatorio

Saúl Ramos, encargado de la oficina de Responsabilidad Universitaria en la Universidad Iberoamericana, es padre de dos niños, de 5 y 9 años, Darío Guillermo y Saúl Isaac.

A sus 43 años, Saúl cuenta con estudios de maestría en Administración de Empresas. En su hogar, cuenta con los servicios fundamentales, además de Internet, cable y teléfono. Su principal gasto en el hogar es en cuanto a alimentación y servicios, pero también en la educación de sus niños.

Desde el año pasado, Saúl ha notado una diferencia considerable en cuanto al rendimiento de su sueldo, pues ahora le queda el 15 por ciento menos que antes de que se comenzara a hablar de la crisis económica en el país.

"Con el aumento a la gasolina sí se nota que ahora tengo que invertir más dinero en esto, es de los gastos más fuertes que tengo también", comentó.

El sueldo que recibe en la Universidad Iberoamericana le alcanza para sostener a su familia sin necesidad de recurrir a otro ingreso, sin embargo, desde hace algunos meses ha tenido que hacer algunos ahorros para que el recurso rinda como antes.

"Lo que hemos hecho no es tanto dejar de comprar sino más bien hacer ahorros en ciertas cosas, como ejemplo, les he dicho a mis hijos que los ahorros que tengamos en los servicios, en la luz, agua y teléfono, ese dinero se puede ir a diversión, les digo que si llega el recibo mensual entonces la diferencia de un recibo de un mes a otro lo podemos utilizar para ir al cine, o para ir a cenar, como que hemos hecho acuerdos en relación a eso", explicó.

La familia también consintió algunos ajustes en los servicios que no son tan indispensables, como bajar la velocidad del Internet a uno que tuviera una tarifa más económica, o reducir los canales de cable para contratar otro paquete.

"Mi esposa tiene su coche, pero nos organizamos para hacer un solo viaje y regresar, yo paso por ella, ella pasa por mí, y así, eso hemos tratado de hacer", dijo.

En el supermercado, han optado por buscar los días en que hay más ofertas. Saúl dijo que la estrategia que han seguido es tratar de prever los pagos para calcular los gastos y aprovechar descuentos.

"Sí alcanza menos el dinero porque todo ha subido y el ingreso ha bajado, ahora con el aumento al ISR (Impuesto Sobre la Renta) ha bajado", expuso.

Para Saúl, el panorama en 2010 se observa muy complicado, pues consideró que, además de la crisis económica, incluyen en el ánimo de la ciudadanía la crisis social, la violencia y la inseguridad.

"Yo creo que este es el año para que nos acostumbremos a ajustarnos en algunas cosas porque, de entrada, ya tenemos menos dinero que el año pasado, yo no le veo mucha recuperación, pero podría generarse más empleo y más flujo de efectivo, por ahí podría ser", explicó el catedrático.

Ahora compran menos

Omar Morales es enfermero y tiene 31 años. Está casado y tiene dos hijas, Deidad y Nirvana, de 8 y 3 años, respectivamente. Vive en casa propia, que paga a través de un crédito de Infonavit, en la colonia Ampliación Lázaro Cárdenas.

Su gasto principal en la casa son las colegiaturas, pues sus niñas acuden a una escuela privada. Dijo que las alzas en los productos les han pegado principalmente en la gasolina y en el supermercado, porque si antes gastaban de 500 a 800 pesos de mandado, ahora es mucho menos.

"Desde mediados del año pasado empezamos, nos pegó duro ahora con los incrementos de la gasolina, en el coche vimos mucha diferencia en el gasto", comentó.

"Si antes echaba 150 pesos por semana de gasolina al coche y me duraba poco más de una semana, ahora echo 200 pesos para completar apenas la semana, fue bien marcado, gasto mucho más y es el mismo recorrido que he hecho en años", dijo.

Su casa cuenta con los servicios básicos, además de cable, teléfono e Internet. Omar señaló que durante tres meses decidieron suspender el cable y el Internet en un afán de reducir los gastos en la casa, pero por cuestiones de que las niñas lo requerían para las tareas y porque obtuvieron una promoción con el 80 por ciento de descuento, los volvieron a reactivar. Sin embargo, confesó que ha estado tentado a suspenderlos nuevamente.

Omar recibe un sueldo promedio de dos mil 200 pesos al mes por el trabajo temporal que desempeña en la Secretaría de Salud y aparte trabaja en un hospital siquiátrico. Su esposa también trabaja, pues señaló que, de no conjuntar los salarios, no tendrían mucho de lo que han podido juntar en la casa. Desde el inicio de la crisis, Omar ha dejado de comprar algunas cosas que consideraba un lujo.

"Le bajamos mucho a todo lo que es la canasta básica, desde el café, el azúcar, la fruta, la verdura, los jugos de las niñas, si antes eran marcas más o menos, jugos de soya, por cuestiones de nutrición, ahora son normales", explicó. También cambiaron sus hábitos en cuanto al ahorro de energía eléctrica.

"Yo desconecto todos los aparatos eléctricos, cuando vamos a ver la tele, la conectamos", manifestó.

Omar confía en que 2010 sea un mejor año que el anterior en términos financieros y como la Secretaría de Salud abrirá pronto un nuevo hospital en la Región Lagunera, buscará que se le tome en cuenta para un trabajo de planta.

"Esperamos, siendo positivos, que nos vaya menos peor", dijo, "mejorar la calidad de vida un poco, más que nada, tener estabilidad para nosotros, para la familia".

La escuela, pesada carga

La meta de Verónica Argelia López, vendedora de gorditas, para este 2010 es que su hijo mayor retome los estudios. A sus 34 años, tiene tres hijos: Carlos Enrique, de 18, Jesús Isaac, de 11, y Ruth Casandra, de 6. Vive en la colonia Francisco Villa Poniente, en una casa donde le rentan dos cuartos a 500 pesos.

"Más que nada, ellos son los que me dan visión, fuerza, de que yo logre que ellos sean alguien en la vida, que no sean 'gorderos' como yo, que ellos de veras le echen ganas al estudio, con el grande ya me atoré en la preparatoria pero no quito el dedo del renglón, sé que Dios me va a abrir puertas y voy a lograr darle estudios", comentó.

Verónica no estudió más que la primaria, por lo que trabajó en una maquiladora y actualmente se dedica al comercio para sacar adelante a sus hijos, pues está separada de su esposo.

"Me dedico a todo, a veces me hablan de que me vaya a limpiar una casa y voy, vendemos gordas, a veces quequis, está muy difícil la situación", manifestó.

Su principal gasto es la escuela de sus hijos y lo que conlleva: uniformes, útiles, zapatos, lo que tiene que completar con un sueldo promedio de tres mil pesos al mes. En 2009 ganaba el doble, pero las gorditas se venden menos desde finales del año pasado, pues los clientes regulares le dicen que deben reducir gastos. En su casa hay pocos servicios, son dos cuartos y un baño, sin teléfono ni televisión.

"Mi sueldo bajó a la mitad, a veces ganaba 400 pesos diarios, ahora gano 200, mucha gente que venía de lejos, pero ahora dicen que no hay dinero, las quincenas eran las mejores y ahora son las peores porque hay que pagar, la gente agarra créditos y ya nadie quiere que llegue la quincena", comentó.

En las gorditas, les ha pegado el alza al gas, de modo que ya no pagan a la compañía cada mañana cuando les llevan el tanque sino hasta que terminan de vender, por la tarde.

Verónica recordó que, antes de la crisis, hubo muchos fines de semana en que podía salir a comer con sus hijos a algún restaurante económico, pero ya no se puede.

"Los domingos, que vamos al Templo, tenían un par de zapatos extras, pero ya no, ahora está muy difícil, de eso nos hemos privado", dijo.

La madre de familia consideró que el panorama en 2010 no es muy positivo, pero confió en que mejore porque tiene planes por realizar.

"De nosotros depende que se mejore, a echarle ganas y trabajar, no hay de otra", dijo, "vamos a buscar otros puntos, para vender más gordas en otros lugares, trabajar".

Sobreviviendo a la crisis: Diferentes pilares de hogares laguneros relatan como enfrentan a los embates de la crisis. (Video de El Siglo de Torreón)

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