Nuestros políticos llegan a ridiculeces cuando anuncian con bombo y platillo pactos que uno se imaginaba que jamás podían suceder; y uno se lo imaginaba partiendo de conocer el significado de las cosas, y de sus consecuencias. ¿Alguna vez podías imaginarte que para nada los nazis podían asociarse a los judíos?, nunca; ¿o un partido que siempre ha defendido a la derecha con uno que se presume de izquierda? Pues tampoco. Lo que a uno le enseñaron desde chico es de que el agua y el aceite no puede mezclarse, siempre permanecerán separados.
Ahora, para que se unieran tendrían que pasar muchas cosas, sentarse en una mesa y ponerse a discutir en que iban a ceder dos ideologías que al parecer tienen muy bien fundamentada su manera de pensar; porque aquí se trata de ideologías, no de jugar por un puesto que a fin de cuentas trae poder y riqueza, que si, hace olvidar eso de los principios, que ya han de haber pasado a la historia, dejando como resquicios una sobrevivencia animal a lo que lo único que le importa es hincarle el diente a la carne que le pongan en el plato no importando que este cruda.
Hablar de ideología es hablar del programa que controla nuestro cerebro y del cual surgen los valores que rigen nuestra existencia y que no es más que la suma de los componentes de nuestra cultura. La ideología lo incluye todo y lo trastoca, porque es el fundamento de la existencia y propone un fin lo que le da in sentido a la vida social e individual.
Una ideología que se dice socialista tiende hacia un estado socialistas que es diametralmente opuesta a una ideología que se dice liberal y que tiende hacia una sociedad donde el libre mercado señorea y permite hacer y deshacer al que tiene más saliva, o más fuerza.
La ideología socialista pide constantemente la intervención del estado como regulador de la vida social. En los excesos el estado lo es todo e irrumpe en las libertades individuales aniquilándolas. En cambio, en la ideología liberal, el estado debería de tener la menos intervención posible y lo que cuenta es la libertad individual, o hasta la libre conciencia para hacer y deshacer según el principio que le da vida al pensamiento: dejar hacer, dejar pasar.
El socialismo explicará la historia a través de un proceso dialéctico que se basa en la lucha de los contrarios. La sociedad perfecta no podrá lograrse hasta que el proletariado se impongas y funde una sociedad donde sólo proletarios existan y se termine la propiedad privada. En cambio, los liberales fundan la historia en la naturaleza del hombre donde lo que viene a imponerse es el más fuerte. Los débiles sucumben se quedan en el camino; según esto, la sobrevivencia dependerá de cómo se muestre la oferta y la demanda para sobrevivir.
A partir de esto se define de manera diferente lo que es justo y lo que es injusto. Lo justo para el estado socialista es repartir a todos por igual, o según sus necesidades, exigiéndose que se aporte según sus posibilidades. En cambio en el liberalismo, se defiende la propiedad privada y considera que uno debe de disfrutar lo que le aporte su esfuerzo o su ingenio para apropiarse de las cosas.
Lo bueno y lo malo no es lo mismo; a diario nos lo demuestra la praxis. Lo que ha pasado en cuba con Fidel Castro y lo que pasa con Chávez ya nos pueden poner en sobre aviso hacia donde tienden los unos; lo que pasó con la España de Franco y con el Chile de Pinochet, ya nos avisa hacia donde tienden los otros. ¿Cómo es posible que se proclame una unión política para las próximas elecciones de Durango o de Tamaulipas? ¿Qué tipo de estado pretenden fundar? ¿Es algo nuevo? ¿Muy revolucionario?
Si yo no digo que sea imposible la unión. En la segunda guerra mundial se unieron Rusia y los Estados Unidos para vencer a Alemania. Sin embargo jamás estuvieron revueltos. Al vencer se repartieron Alemania en cuatro partes, al último quedaron dos y hasta que el lado socialista se derrumbó pudo tumbarse el muro de Berlín y unir a Alemania de nuevo.
En caso de que ganen las elecciones, ¿Se dividirán el estado? Durango del poniente y Durango del Oriente? ¿ o cómo? A ver si nos van explicando para los que somos de lento aprendizaje en esto de los convenios políticos.
Porque también, uno tendería a pensar que la acción política es el trabajo que se realiza en la sociedad para llevarla a su perfección o a un estado de justicia (Ya lo he dicho, ambos partidos definen diferente lo que es justicia). Pareciera que en lugar de eso, política es lograr los beneficios personales en contra del bien de la comunidad. A fin de cuentas es a lo que nos tienen acostumbrados estas personas que se dicen políticos profesionales y que desean reelegirse, porque no han tenido el tiempo suficiente para lograr la perfección del estado (que nada tendría que ver con Madero, ni con el grito de sufragio efectivo no reelección que le dio vida a la revolución y que se supone es el centenario de lo que estamos festejando. Bonito festejo).
O sea que, nuestros políticos no ganan para pasar vergüenzas. Así no cuenten con mi voto. Como nota final, nuestro presidente no se ha dado cuenta de que en su gabinete abundan los gordos, a uno ya hasta lo nombró presidente del banco de México; como que no le va la campaña en contra de la obesidad o que nos ponga la muestra con ellos. Que se pesen ahora y que se pesen al fin de su campaña contra la gordura a ver si es cierto que sus sesudos planes de desarrollo tienen pies o cabeza.
