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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

EL MONSTRUO QUE PADECEMOS

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

La situación que vivimos nos obliga a buscar respuestas en las acciones cotidianas que realizamos. En mis lecturas busco indicios que me ayuden a comprender un poco la situación. A lo mejor es la casualidad o la suerte, o mi testarudez de hacer coincidir una cosa con otra pero por lo general encuentro esa referencia capaz de abrir mi entendimiento.

En esta ocasión he dado con dos libros; el primero de ellos es "El superhombre de las masas" de Umberto Eco de la editorial de bolsillo de librerías Gandhi.

Eco es un viejo conocido que aparte de de ser uno de los grandes maestros de la semiótica busca hacer análisis de la cultura popular; y en especial este libro versa sobre la novela de folletón, o novelas por entrega que en el siglo XIX se publicaba en los periódicos, cuyos afanes, más que literarios, eran comerciales. Como en todo, produjo sus clásicos, entre los cuales los más memorables fueron Rocambole, de donde después salió el verbo rocambolesco y los misterios de parís de Eugene Sue. Ambas obras se pueden conseguir actualmente en la colección sepan cuantos.

Una de las tantas cosas que explica el autor en la novela es el surgimiento del héroe que en su afán por salvar a la heroína toma la ley entre sus manos y por si mismo castiga; en una de las ocasiones cegando al maloso. Acciones como ésta, es querer aceptar que se puede combatir a la delincuencia en contra de la ley misma; o para decirlo de otra forma, la novela construye un superhombre que se pone más allá del bien y del mal volviéndose un semidios capaz de castigar sin sentir estados de conciencia negativos.

Si dejamos el dato aislado no habrá forma de relacionarlo con nuestra situación actual hay que unirlo a otros datos; el segundo sería un programa de televisión que habló sobre la piratería del Caribe, en donde se nos informa que esta acción tenía permiso de delinquir de parte de la corona británica, porque era un modo de hacerle la guerra al imperio español. En el siglo XVII era legal ser piratas (en los breviarios del fondo hay una historia sobre la piratería: El filibusterismo, de J Y F Gall #131). Posteriormente, cuando Inglaterra hace las pases con España la piratería es perseguida, ya no le funciona al sistema. De nuevo nos encontramos, ahora en la vida real, de que la ley (la moral y la civil) pueden llegar a ser relativas. El hombre maneja los imaginarios a su antojo para no sentir, los estados de conciencia en las acciones que realiza.

Sin embargo hay que agregar otros datos, para seguir tirando al hilo que nos ha mostrado Eco.

Si bien es cierto que la literatura del siglo XIX enseña al hombre que el héroe puede tomar la ley entre sus manos y hacerse justicia (el conde de montecristo sería otro dato) en el siglo XX toma auge otra vertiente que se venía dando desde antes; el bandido bueno, el que lo es, también para combatir las injusticias. Robin Hood sería el símbolo; pero este Robin Hood va a pasar por una transformación; tal vez se continúe en la historia de "chucho el roto" en donde todavía se ven visos de luchar contra la injusticia. Pero en el XX producto de la ley seca y la caída de la bolsa del 29, surgen los gánster y no solamente surgen los gánster sino que se vuelven personajes del imaginario colectivo y tema de innumerables películas y programas de televisión; desde los intocables, hasta el padrino, podríamos hacer un recuento de muchos títulos en donde se idealiza el antro, la chica bella, el jefe de la mafia, y se promueve un concepto de familia más trivial. Insisto, estas son obras que nutren a la sociedad, a todas las clases; es uno de los tantos productos de lo que llamamos cultura popular, con los cuales también nos educamos.

Habría que agregar otro dato que lo he venido a encontrar en el grado cero de la escritura de Roland Barthes (también libros de bolsillo de Gandhi) donde nos demuestra que los intelectuales, desde el siglo XIX han tratado de eliminar las normas clásicas que rigen a la lengua dejando solo la idea que irremediablemente tiene que hacer uso del lenguaje para su expresión. Los movimientos literarios desde los parmesianos y simbolistas, y toda la poesía del siglo XX ha sido eso, como en la pintura, buscar la abstracción. (Eliminar la regla); pero además agrega; solo en los sistemas que tienden al totalitarismo, (comunismo) retoman el clasicismo y lo incluyen en sus maneras de expresión.

Una de tantas citas que podríamos hacer sería: "La autoridad política, el dogmatismo del espíritu y la unidad del lenguaje clásico son por tanto figuras de un mismo movimiento histórico".

Conclusión: el hombre desde el siglo XIX ha venido luchando por una liberación. Los movimientos románticos significaron eso, ellos vinieron a desembocar en los movimientos revolucionarios del siglo XX: la ley moral (la religión) dejó de dar respuestas al hombre que la sintió como una especie de esclavitud. Las guerras mundiales provocaron el existencialismo: el hombre es un animal de pasiones inútiles...

Las nuevas opciones han fracasado rotundamente (caída del muro) no hemos podido reconstruir nuestras ruinas culturales, estamos viviendo las consecuencias.

Por último, como un hermano mío me decía, tenemos que recordar que fueron los intelectuales los primeros que han ido contra la norma (grado cero de la escritura). Acabamos con el orden y el progreso: ¿seremos capaces de construir otra cosa que no sea esta cultura de la muerte y del temor, o de los estados totalitarios?

Dudo que alguien tenga la respuesta.

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