¡El símbolo! A lo mejor poco hablamos de los símbolos porque nos gusta pensar que nuestras referencias son siempre a la realidad; sin embargo, la racionalidad del hombre que lo diferencia de los animales, se manifiesta en su capacidad de manejar estos instrumentos que de alguna manera o de otra lo refieren a la verdad.
Si precisamente el origen de la cultura consiste en saber que es la realidad y el hombre no tiene camino para llegar a ella más que el mundo de los símbolos. Para principio de cuentas, la palabra es un símbolo, de los sonidos; y los sonidos a su vez son un símbolo de las ideas; así que, para que un lector conozca lo que pienso tiene que seguir una triple interpretación: la palabra escrita lo refiere a la palabra hablada y la palabra hablada a la idea, lo cual no resulta del todo sencillo.
La verdad se nos escapa. Los filósofos ha través de la historia, llegaron a diferentes conclusiones porque interpretaron de diferentes modos los datos que obtenían de la realidad. Algunos dudaron de los sentidos otros no. Algunos pensaron que podían sacar conclusiones de la esencia de los objetos, a partir de los objetos mimos y otros no. Ambas tendencias filosóficas tuvieron adeptos dándose dos grandes corrientes de pensamiento: el idealismo y el realismo.
La realidad era la misma lo que difiere es la interpretación de los datos; sin embargo a partir de esas interpretaciones, se legislaron comportamientos, morales, éticas.
Actualmente se cree que el problema, se encuentra solucionado con la ciencia; sin embargo, no es del todo cierto ya que, por ejemplo en el caso de la física, la mecánica, la relatividad y la cuántica vienen a diferir en cuanto a la interpretación de la realidad dando como resultado diferentes técnicas en cuanto a la relación con ella. Más problemas vamos a encontrar en el campo de lo social, aunque en uno de los primeros campos en que se aplica el positivismo es la sociología. Las estadísticas nos dan un acercamiento a lo que es pero nunca tenemos una seguridad del cien por ciento por más grande que sea la muestra. Y los datos obtenidos hoy no son valederos para mañana ya que in numerables circunstancias pueden hacer cambiar las decisiones: un simple acto volitivo, un por que si.
La realidad, el símbolo y su interpretación es lo que genera la cultura. Acabo de leer un libro que me encantó: "El manantial de Israel" de James Michener, que habla sobre la historia del pueblo judío, y junto con ella nos da datos de las otras dos religiones monoteístas que parten del mismo tronco: Abraham, y que son el cristianismo y los musulmanes.
La novela sería un ejemplo de cómo las diferentes interpretaciones dan como resultado diversas concepciones que imponen reglamentaciones desiguales en cada comunidad. Sería muy explicable al referirnos a una religión y otra. Pero es menos explicable cuando nos fijamos que en cada corriente religiosa existen también desacuerdos en cuanto a la manera de interpretar y por lo tanto de vivir la religión.
En el caso de los judíos, tienen el tora y el talmud. El segundo sería una especie de reglamento que dentro se esa religión se debe de seguir. En la tradición rabínica se diría que al pie de la letra, en otras tradiciones no tanto.
Lo mismo podíamos hablar del cristianismo, cuyos grandes concilios han servidos para especificar lo que debe de creerse o como se debe de interpretar el texto religioso y con el que todo mundo debe de concordar. Mas lo mismo, los protestantes son aquellos que difieren de la manera de interpretar el texto, que se supone representa la realidad.
Lo mismo podemos decir de los musulmanes. Como conozco poco, no me extenderé mucho.
Los fundamentalismos es decir que mi interpretación es la única válida para acercarme a la realidad. Todos los fundamentalismos son nefastos puestos que impiden la evolución del pensamiento humano y social: lo mismo puede considerarse el fundamentalismo religioso, que en el cristianismo su tipificación fue la edad media, como el fundamentalismo social: los fascismos, como también puede darse el fundamentalismo científico, negando otras alternativas para acercarse a la realidad. Todos estos se convierten en fundamentalismos morales y éticos que no son nada humanos.
La realidad sigue estando ahí. Los símbolos que nos llevan a esa realidad, lo mismo. Nuestra razón es la herramienta que siempre hemos tenido para interpretarla, de donde ha salido la riqueza de nuestro pensamiento. Por eso hemos hecho cultura.
Leer los símbolos es parte de hacer cultura. Y no solamente me refiero a la palabra, ya que la naturaleza habla por sus propios símbolos. Todo lo que nos envuelve es simbólico, las calles, los edificios, las vestimentas, los gestos, los usos las costumbres, las tradiciones, La publicidad.
Decía León Felipe: Al hombre lo visten con cuentos.
Mas bien al hombre lo visten con símbolos, para que ponga a funcionar la inteligencia y logre comprender lo que la realidad es. Para hacerlo no se necesita un curso intensivo ni de semiótica ni de lingüística, o de iconografía. Simplemente basta con despertar su curiosidad e inquietud, poner a funcionar la crítica y la lógica, tratando de buscarle un orden a las cosas. Eso es la cultura.
Ahora que si quiere leer a Umberto Eco, a Roland Barthes o a Ferdinand de Sassure o algún otro autor en estos campos, andaría mejor armado para llevar la gesta a buen término.
