Con tanta proliferación de universidades privadas y tanto énfasis que se pone en la educación, no estoy muy seguro de que los jóvenes que se inscriben en una universidad sepan que es lo que se obtiene de ellas.
Algunas acciones hacen suponer que algunos sólo van a pasar un tiempo lo mejor posible sin mayor responsabilidad que la de precisamente evitar toda responsabilidad, desde las actividades domésticas hasta las obligaciones adultas. Han convertido el proceso en un mero estar en una escuela como se está en un club social o deportivo. Como ya desde los grados inferiores, han tenido poca presión porque las nuevas sicologías parten de que si hay mucha presión los chicos se trauman, si se aburren por no interesarles el tema, simplemente se salen. No les gustan que les dicten, suponen que los contenidos están por ahí y que tal vez nunca los van a necesitar y que sólo es suficiente permitir que el tiempo pase para obtener un título.
Supongo que en la vida profesional, la actitud frente a la vida recorrerá los mimos linderos; intentar el cobro de un sueldo que no se devenga, adherirse a un buen sindicato que le defienda su derecho a trabajar lo mínimo para cobrar lo máximo, porque también el trabajo significa explotación, buscar la vida fácil (eso lo vivimos y lo sufrimos cotidianamente) pensar que la vida es el placer utópico que no se acaba.
Pienso que las familias se desprenden de sus hijos suponiendo que están en la escuela preparándose para el futuro consiguiendo un título. Poco han de platicar con ello sobre su campo de especialización; de otra forma se darían cuenta de su avance, y algunas veces descubrirían que es nulo. Si su estudiante invierte poco en libros, por ahí andan, si no se desvela estudiando, por ahí andan, si le sobra mucho tiempo para disfrutar los fines de semana por ahí andan. Suponen que el título les llegara por obra y gracia del espíritu santo porque las escuelas privadas no pueden tronar a muchos y las escuelas públicas tampoco.
Pero la escuela, en cualquiera de sus niveles, es algo más que una dotadora de papeles que intentan significan el conocimiento, las habilidades, las aptitudes y las actitudes que no se tienen. Es una institución donde se imparte la cultura que una determinada sociedad detenta y se cultiva al ciudadano, al individuo, a la persona que se quiere lograr.
Eso ya supone que se debe de partir de un ideal de persona o de ciudadano; avalado por una ideología que pretende realizar por lo menos un deber ser utópico con el cual se define. Si los espartanos y los aztecas eran pueblos guerreros, educaban para ser guerreros, si la iglesia pretende al santo, se supone que su educación lleva a eso, si la educación socialista pretendía ese estado, formaba al individuo para tal y si el estado, nuestro estado mexicano, tuviera un ideal de tipo de persona que necesita para salir adelante, entonces nuestros planes y políticas educativas no estuvieran tan sin este dar resultados que a fin de cuentas nos destruye.
La institución educativa no está aislada de lo demás; por el contrario debería de estar involucrada; primero, pidiéndole al estado que le aclare la formación a impartir y digo formación y no información que son dos cosas diferentes. La información se obtiene de los libros aunque sea de texto y muchas veces ni siquiera con esos libros cuentan los educandos aún en los planteles privados, porque para eso están los apuntes o los cuestionarios o el audiovisual que te transmite el maestro (¿Entrará por osmosis al cerebro?) Los exámenes en boga se refieren a la información, no se como se detectará la buena o mala formación en áreas como la cívica, o la ética. Si la historia nos aburre, como nos vamos a formar la concepción de nacionalidad (por lo menos deberíamos saber que es un término de reciente acuñación, forjado a partir de las revoluciones de independencia americanas y al revolución francesa con mucha ayuda del movimiento románticos del siglo XIX).
Una alumna de comunicación me comentaba que no entendía para que le daban clases de historia. Yo lo que no entiendo como ella puede estudiar comunicación.
Y aquí voy a otra relación importante y que nadie toma en cuenta, de la escuela, que son los medios masivos de comunicación y que en realidad es una institución que también forma dentro de ciertos parámetros culturales, algunas veces opuestos a los objetivos de la escuela (cosa que a nuestros legisladores los tiene sin cuidado). Los chavos se han dejado construir un imaginario en sus cabecitas que les hace copiar modelos con poca crítica. Así como el universitario se la pasa enseñando los calzones, vive la vida loca a su máximo exponente porque el medio le muestra una modernidad que se agota en el consumo de comida chatarra y que su máximo modelo intelectual es cualquier personaje que sobresale nomás porque si, de donde salen estas muchachitas pensando que comunicación es dedicarse a la producción de programas intrascendentes. También se han de espantar que les den una materia que se llama Teoría de la comunicación y les hablen de múltiples autores como Schramm o Eco, Lazarfeld, que impartan filosofía y literatura etc, etc.
Y luego dicen que lo centros de trabajo deben de imponer las políticas educativas; cuestión a discutir, porque no creo que ninguna nación del mundo deba doblegarse a los intereses particulares, ni siquiera de un pretendido estado, y sacrificar su sentido de ser al estado de pérdidas y ganancias de una empresa.
El hombre es algo más que un animal que trabaja (y luego por un misérrimo salario) piensa, ama, crea, critica, inventa, construye, puede sentir, aparte del placer sexual, el estético; la escuela está involucrada en todo eso. La escuela es la principal divulgadora de la cultura, si ella fracasa lo hace la cultura, la nación, la sociedad y la civilización.