Ando recolectando viejos artículos de "Mirajes" que escribía mi padre. Del año 68 (8 de septiembre) quiero reproducir el siguiente extracto:
MARTES
"Lo prometido es deuda. Aquí tienes el comentario de Flores Ramírez: "Acaso de recibir un pequeño volumen que desde la cordial y cálida Torreón me envió Rafael del Rio. Breve lectura y larga añoranza. Dichosa edad y siglos dichosos aquellos que vieron nuestro peripatético discurrir a lo largo de calles aplanadas por un sol inmisericorde, o que oyeron nuestras charlas a las márgenes de la sempiterna taza de café, urdiendo la aparición -frustrada - de "Narciso", de la que teníamos presupuesto, formato, color del papel, secciones, colaboración: todo, menos dinero".
MIÉRCOLES
"Hubo por aquellos días -sigue diciendo Flores Ramírez en su "Haz"- una gran euforia en ese enrarecido ámbito literario. Peyrallo nos lanzaba de Euclides a Darío; Gárfias de Machado a Baudelaire; entre tanto yo oficiaba ante Valery y Debussy. Rafael creó su columna "La Ciudad y los Días", para reseñar todos los acontecimientos de esa índole. Felipe Sánchez de la Fuente preparó una conferencia respecto de Porfirio Barba Jacob, pero después se abstuvo de pronunciarla. En todos lados se hablaba, se discutía sobre esos temas. Mesta seguía sigilosamente sus estudios filosóficos, mientras Pablo Moreno captaba todos los datos que vertería más tarde en su "Historia de Torreón". Elizondo Saucedo repasaba notas y notas para la novela con que nos amenazaba, y Emilio Herrera greguerizaba en el periódico y al frescor de un tarro de clara
JUEVES
Y añadía Flores Ramírez: "Un poco de tiempo y vino la cariocinesis. Y no fue sino eso: división celular. El Liceo dio nacimiento al Ateneo; y éste a un a pequeña peña también con grandes inquietudes intelectuales. Como contribución a una de esas espigas del desatado haz, Del Rio sostuvo su conferencia sobre poesía mexicana contemporánea, que por el pecado de algún viaje tuve la penitencia de no oír. Ahora me resarzo leyéndola. Y vuelvo a pensar que aquel entusiasmo que nos unió fue un hit , un impulso y un vinculo".
Algunas, quizás idealistas nos hemos empecinado en mantener viva la herencia por lo menos participando en el círculos de lectura que nos invitan en el Teatro Martínez y en la Biblioteca Municipal, organizados por Saúl Rosales. Las contadas que se organizan en el cafecito del fondo.
Por aquellos años se lograron las jornadas Municipales de Cultura organizadas por Horacio Gutiérrez y hubo la oportunidad de escuchar a conferencistas de talla nacional.
Lo mismo, rescato sobre los acontecimientos de la inundación del 68:
(22 de septiembre del 68)
MIÉRCOLES
No cabe duda que los tiempos adversos despiertan en el hombre, ese sentimiento fraternal que los tiempos bonancibles suelen adormecer. En nuestra ciudad ese espíritu de amor al prójimo volvió a destacarse, en los últimos días. El esfuerzo común para salvarla, o para ayudar a un vecino en desgracia, o a un desconocido conciudadano ha hecho a los laguneros más laguneros todavía, si ello es posible. El que ayudó a llenar sacos de arena, el que facilitó su camión o su auto o su avión, lo mismo que el que hizo lonches o acercó un vaso de agua a los labios de una anciana o bañó a las pequeñas asiladas en las escuelas, o el que se prestó como mandadero en servicio del prójimo, hicieron con sus gestos más suya esta ciudad; esta comarca.
Quienes, por el contrario, lucraron con la tragedia, y aquellos que, a las primeras de cambio, abandonaron la ciudad que hasta antes del domingo llamaban suya, tendrán que enrojecer un poco en el futuro cada vez que el posesivo salga de sus labios.
La pregunta es ¿cuando surgió la carroña que nos obliga a mantenernos refugiados en la noche en nuestra ciudad apenas palidece el día? ¿Quienes han cultivado el miedo en nuestros espíritus y hacen que el temor sea nuestro compañero cotidiano? ¿De dónde vinieron? ¿Cómo fue que lograron corromper a aquellos que debían de prever este tipo de calamidades? La ciudad ya no es la misma. Los hombres de valor se van muriendo. (En estas semanas la televisión nos ha dejado recordar la participación de Ricardo Garibay con Carlos Monsivais)
La voces humanas se van apagando. En aquellos tiempos no había tantas universidades ni tantos centros culturales con presupuesto municipal y estatal, y las cosas se hacían. Hoy estamos completamente desarmados ante los retos. La inseguridad afecta todo; no solamente se pierden los bienes sino las fuentes de trabajo, no solamente se pierde la tranquilidad, sino el sentido de la vida, no solamente se pierde la credibilidad , sino la esperanza.
A cambio de qué, de esa pequeña inteligencia que en busca de los millones destruye la civilización. Para qué ¿para drogarse? ¿Es lo mismo que asesinarse. Tener bienes, muchos bienes, todos los bienes como el rey midas? ¿Para rodearse de personas que están interesadas en su dinero y que lo abandonaran cuando no pueda pagarles el precio de su amistad y de su amor? Que sentido puede tener una vida de ésas, si se necesita andar escondiendo, negándose, fingiendo. La cárcel, aunque sea de oro, es cárcel. Ser un repudiado social es estar en la cárcel.
A veces, el pasado nos demuestra que tenía más inteligencia que nosotros y sin tanta presunción. Ya no vivimos humanamente.
Y para acabarla de amolar, somos cobardes.