La palabra revolución tiene muchas acepciones y todo mundo se aprovecha de la indeterminación con la finalidad de pescar en ríos revueltos. Suponemos que el hecho de ser revolucionarios nos coloca en el lado de los que pretenden obtener una justicia social; aunque también el concepto de justicia social hay muchos modos de definirlo.
Lo mismo hablamos de Revolución Industrial, Revolución Francesa, Revolución Bolchevique, Revolución Socialista, Revolución Comunista, Revolución Mexicana y aunque no lo crean también se puede hablar de la Revolución Americana. El único denominador común es que significan un cambio y podemos suponer que drástico que viene a cambiar la forma de vida de los pueblos.
¿Por qué se puede hablar de revolución industrial? Porque la máquina de vapor vino a transformar la manera de producir pasando del trabajo artesanal a la producción en serie. Por un lado cambia el valor que se le da al trabajador, por el otro se cambia el tipo de relaciones sociales cuando las ciudades aumentan su población produciéndose el proletariado que tiene que trabajar todo el día para no obtener más que lo mínimo para subsistir.. Después se gestaran movimientos que van desde el Ludismo, (destruir las máquinas) pasando por varios tipos de utopías hasta que una de ellas se convierte en la más importante, el socialismo marxista, que interpreta la historia bajo la lucha de contrarios y que pretende obtener la sociedad sin clases (que sería la verdadera sociedad comunista y que por definición es imposible, por ello utópica).
Mas no es el único camino revolucionario. Junto con esta manifestación se da otra, que ya había comenzado desde el renacimiento con la creación de la burguesía que es la que a final de cuentas va a convertirse en la dueña del capital y que después va a desarrollar las teorías liberales que producen la revolución americana, la primera, y posteriormente la francesa en donde se destrona a la monarquía y toda su base ideológica que la sustentaba para dar paso a las ideas de libertad, democracia, representatividad y libertad. Al contrario del socialismo que tiende al comunismo, el liberalismo clama por un estado que no se entrometa en las relaciones de producción. Su máxima es dejar hacer, dejar pasar. Abundan los pensadores desde Hobbes (quien curiosamente defendía a la monarquía) Hasta Mills, y muchos otros.
Ya hablamos en el artículo pasado de todos los movimientos que se dan después de la independencia. Esto lo tenemos que relacionar con el romanticismo, el género literario que expresa las aspiraciones sociales, tanto en Europa como en América, en donde se idealiza un pasado, que en nuestro caso fue la idealización de los aztecas, se busca al héroe salvador, lo que viene a explicar las dictaduras como la de Santa Ana y lo mismo idealiza la lucha por la libertad.
Si en Europa se dan novelas como los miserables de Victor Hugo, en América nos podemos referir a autores como Altamirano, o a géneros como la novela Gaucha (Hernández, Ricardo Guiraldes). Me refiero a ellos porque abordan el problema social, se muy bien que María de Jorge Issac es la mas conocida, pero esta aborda más que nada el tema del amor imposible. Creo yo que el siglo XIX, sobre todo el hispanoamericano, no se puede entender sin el romanticismo, donde surge la aspiración de la justicia y la primera decepción. (léase el primer cuento considerado en este género "El Matadero").
Así llegamos el XX; las independencias nacionales derivaron en inestabilidad y dictaduras. El segundo paso era resolver ese problema.
El porfirismo había creado una macroeconomía fuerte pero una desigualdad terrible entre los mexicanos. Los intentos de distribución de la reforma no hizo más que dejar que se acumulara en muy pocas manos la riqueza nacional. Había lugares donde aún se usaba la esclavitud, como Pinacotepa nacional o aún en Yucatán en donde se mantuvo el sistema de castas. La tienda de raya era una costumbre para mantener sujeto al peón dentro de un servilismo del cual jamás podría liberarse.
Los intentos revolucionarios no comienzan con madero. Antes existen otros movimientos como el de los Flores Magón, o con la organización de los obreros que da como resultado las huelgas de Río Blanco y Cananea. Movimientos que han de ser reprimidos. (La tendencia de estos movimientos son más de izquierda. Flores Magón es reconocido como anarquista).
A Madero lo tenemos que situar dentro de el movimiento de la revolución democrática; o sea, retomar los conceptos de la Revolución Francesa, defendiendo los conceptos de sufragio efectivo y no reelección. Lo que combatía directamente era la dictadura desde el punto de vista burgués (entiéndase, pequeño terrateniente, comerciante, profesionista que no puede seguir ascendiendo en la escala social porque el sistema no se lo permite). Lo que provoca es que se produzca la oportunidad para que otro tipo de movimientos también puedan expresarse, aunque no se puedan entender con el maderismo, primero, y con el carrancismo después.
Madero piensa que con el establecimiento de la democracia los problemas del país se solucionan. No enfrenta ni el problema obrero ni el problema a rural. Por algo no puede entenderse con Zapata, y es incapaz de ver a los que a final de cuentas lo van a traicionar; o sea, a Huerta.
Muerto Madero se producen las facciones; La Carrancista, por un lado, La Villista, por el otro, La Zapatista muy localizado en el sur. En un primer momento se unen para terminar con Huerta, pero posteriormente el acuerdo entre ellos es casi imposible.
Ni Villa ni Zapata son capaces de formar gobierno; aunque logran casi derrotar a Carranza y Obregón. Al replegarse, le ceden la primacía a Carranza quien para mi gusto personal, esta lleno de incógnita. Por hoy, aquí le dejamos.