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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

FINAL DE LA INTERVENCIÓN

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Dejamos a Juárez huyendo de los franceses mientras que Maximiliano de Augsburgo llegaba a México después de haber tenido que renunciar a toda pretensión sobre el imperio austriaco.

Las cosas no anduvieron muy bien en uno y otro bando. Por el lado de Juárez, como ya se venía época de elecciones, muchos pretendían que Benito Juárez dejara la presidencia para que la pudieran ocupar otros; como Gonzáles Ortega por ejemplo. Más don Benito no consideró que fuera el momento apropiado y se mantuvo en el poder respaldado por la legalidad de su empeño.

Por el lado de los franceses también se hicieron dos grandes bandos, los ejércitos de Napoleón, cuyo objetivo era tener una sucursal francesa en el continente americano, y por el otro lado el propio emperador que traía sus ideas propias de lo que debían de ser las cosas. Para principio de cuentas, profesaba las ideas liberales con lo que no correspondió a las aspiraciones de quienes lo habían traído, los conservadores y la iglesia. Resultó ser más juarista que Juárez, en el sentido que puso en práctica la ley Lerdo y la ley Juárez y las leyes de reforma ya que los vienes de la iglesia era a lo único que se podía echar manos para afrontar los compromisos que el nuevo gobierno tenía que hacer frente.

Por ningún lado parecía haber entendimiento y en un momento dado todos se enemistaron con todos; por el lado de Juárez, la gente que lo apoyaba pensó que quería erigirse en una dictadura y por el lado Francés tampoco se coordinaban con el ala conservadora y con los intereses de la iglesia, al grado tal que el nuncio papal tuvo que partir.

Benito Juárez siguió su ruta por el norte de la república hasta llegara a la frontera la cual tuvo que cruzar. Ese fue el momento en que los franceses cometieron uno de sus más grandes errores pues comenzaron a tratar a quienes luchaban por la reforma como si fueran simples bandoleros, con lo cual, lo único que lograron fue ponerse en contra de todos.

Por otra parte, en Francia Napoleón tenía sus propios problemas y ya se encontraba en algunas confrontaciones europeas por lo cual necesitaba de sus ejércitos y la experiencia mexicana ya le estaba saliendo muy caro. Maximiliano ya se había dado cuenta de que no podría subsistir sin el ejército Francés y los quiso obligar que cumplieran con su compromiso por permanecer. Los franceses, a final de cuenta hubieran de marcharse. Juárez regresó al territorio nacional y volvió a ser la bandera que enarbolara el grito de libertad.

Maximiliano quiso hacer las pases con la iglesia, sin embargo las condiciones que esta imponía eran demasiado duras como para que pudieran ser aceptadas. Maximiliano se vio solo, únicamente respaldado por los ejércitos mexicanos que comandaban Miramón y Mejía. Carlota al ver su situación, no permitió que su esposo renunciara al imperio, lo cual fue su primer propósito. Ella se embarcó para Europa para obligar a Napoleón tercero a que cumpliera con su parte del pacto, lo cual ya le era imposible. Después se dirigió al Vaticano donde tampoco consiguió nada y ahí se volvió loca. Su hermano hubo de ir a recogerla para irla a depositar al castillo familiar donde pasó el resto de su vida.

En México estaban frente a frente, Juárez y Maximiliano que ya había sido abandonado por todos. De Juárez no hemos hablado sobre las consecuencias familiares que le había costado todo esto: Había mandado a su familia a los Estaos Unidos, y en el transcurso dos de sus hijos habían muerto. (Todo este lado humano se refleja en las cartas que le escribía a su yerno Santa María).

Por fin, los ejércitos se enfrentaron en Querétaro, donde los Franceses perdieron irremediablemente su última batalla. Porfirio Díaz que para estas alturas ya había entrado a la historia, toma la ciudad de México. Mientras en Querétaro a Maximiliano le hacen un juicio donde lo condenan a muerte.

Hay muchas peticiones para salvarle la vida a Maximiliano pero Juárez sabe que no puede perdonarle la vida y mantiene la decisión de fusilarlo, cosa que va a suceder en el cerro de las campanas, junto con Miramón y Mejía.

Después don Benito va a entrar triunfante a la Ciudad de México. Tal vez a esta entrada sea el inicio de la nueva fase histórica de México, porque según se dice, el presidente no consideró los méritos que había realizado el General Porfirio Díaz, primero en Oaxaca y después en el final de la guerra contra los franceses. Por lo contrario, lo deseaba a la distancia y no lo invitó a subir a su carro triunfal, con lo que provocó el resentimiento.

Una vez concluida la gesta, don Benito Juárez hubo de tener un nuevo problema a causa de su reelección que para muchos era una muestra más de sus pretensiones de dictadura. Se salió con la suya y trató de administrar lo que nos había quedado de país. Muere su esposa y posteriormente va a morir él de un ataque al corazón.

Muy diferente el papel de resistencia que hace Juárez, al papel de payaso que había hecho la alteza serenísima, Santa Ana. Muchos han querido hacer desmerecer su papel en la historia, pero Juárez permanece como el Benemérito de las Américas, con su fortaleza para enfrentar al enemigo mucho más poderoso y fuerte que él.

Muerto Juárez, como cabeza de la reforma queda Sebastián Lerdo de Tejada. No es el de la ley Lerdo, ése era Miguel. Este es quien se enfrenta con el Plan de la Noria del General Porfirio Díaz y que a fin de cuentas va a perder.

El porfirismo es otra historia que algún día contaré.

En este año ha salido mucha biografía, sobre todo, novela histórica. Una manera de festejar los centenarios es leer sobre el tema, siempre es apasionante. También existen muchos libros clásicos y otras series y colecciones que han salido con anterioridad. Acércate a ellas.

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