La tarde de Viernes Santo, la iglesia del ejido La Joya recibió la visita de los amantes de lo ajeno.
Alrededor de las 17:15 de la tarde, la sala de radio de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) solicitó el apoyo de sus elementos debido a que en la parroquia de la comunidad de La Joya había sido atracada.
En el lugar, los oficiales fueron atendidos por un hombre llamado José, quien dijo ser el encargado de la capilla, la cual se ubica en la calle Diamante de dicho ejido.
El hombre, señaló que tanto el jueves como ese día por la mañana, la iglesia había recibido a muchísimas personas. Sin embargo, por la tarde se retiraron todos y se habían cerrado todos los accesos.
Al llegar, poco después de las 5 de la tarde, entro a la capilla y encontró todo en completo desorden, lo cual le llamó la atención, debido a que por la mañana se había dejado todo acomodado.
De inmediato comenzó a revisar las pertenencias de la iglesia que estaban tiradas y revueltas.
Pero al llegar al área donde el grupo del coro guarda sus instrumentos detectó que éstos faltaban.
Ante el faltante, buscó a las personas que se hacen cargo de guardar los instrumentos, pero igual que los integrantes del grupo del Coro no tuvieron nada que ver con su desaparición.
José tomó la decisión de solicitar el apoyo de la Policía Municipal, debido a que sospechaban de algunos vándalos de comunidades cercanas.
Por su parte, los oficiales le sugirieron que acudiera ante la delegación de la Fiscalía General de Justicia a interponer la denuncia por el robo, además solicitaron el apoyo de los elementos de la Policía Operativa para realizar algunos rondines por los ejidos cercanos para intentar localizar a los presuntos ladrones.