Siempre es estimulante leer textos sobre nuestros orígenes, pero no siempre encuentra uno cosas buenas.
Por eso me dio gusto que mi amigo Javier Ramos Salas, me hiciera llegar el ensayo que recién acaba de publicar el Gobierno del Estado, al que intituló precisamente: "Entre el esplendor y el ocaso algodonero".
De primera intención no pude dejar de recordar muchas pláticas que tuve con su padre don Heriberto, también buen amigo de gratísima memoria, aunque a decir verdad él era tan técnico que muchas cosas confieso que me costaba trabajo comprenderlas.
De ahí que este ensayo, aunque apenas lo he leído a trancos, me causó muy grata impresión, pues es casi una historia novelada que no sólo cuenta la historia económica de nuestra ciudad, sino también otros tópicos muy interesantes que tienen que ver con el desarrollo urbano de Torreón.
El tiempo pasa volando y yo ignoraba que Javier estaba trabajando sobre este ensayo, mas conociendo sus habilidades como escritor, no dudé de que era un trabajo bien estructurado y elaborado, merced a muchas horas de investigación.
Inicia este trabajo abordando la parte histórica de cuando Torreón se colocó como una nueva estrella en el firmamento nacional, gracias al algodón, con datos estadísticos muy importantes.
Luego nos habla de "los orígenes inmobiliarios" y de los especuladores.
También de los desarrolladores de vivienda, entre los que ahora se encuentra el propio Javier.
Luego habla del crecimiento concesionado de nuestra ciudad, del agua potable y del pavimento de calles y avenidas.
De la edad de oro que vivió la ciudad y la cara amable de los fraccionamientos residenciales, como Los Ángeles y Torreón Jardín, así como la cara oculta, la de los barrios populares y la época de las invasiones de tierras urbanas y los trabajos por instaurar los planes urbanos de desarrollo.
En el "sueño de un nuevo esplendor lagunero", Javier nos habla de las perspectivas urbanas que tenemos como ciudad y de la ingente necesidad de construirla con miras al futuro.
Entre otras propuestas, formula la de un nuevo aeropuerto, ampliación de las áreas verdes y un nuevo bosque, el problema del agua y la mejora del transporte.
Me parece importante que Javier no se quede anclado en el pasado, sino que haga propuestas para el porvenir; y que las haga precisamente ahora, cuando se inicia una nueva Administración municipal.
Muchos de los nuevos funcionarios municipales deberían ya estar buscando este ensayo para estudiarlo y ver qué ideas pueden sacar de él.
Es más, yo ya estaría invitando al autor a que integrara un comité de planeación para tratar de concretar algunas de sus propuestas.
Pero la nuestra no es una sociedad de lectores y menos investigadores. Y como dicen por ahí: "Nadie puede aprender, lo que cree saber".
Yo felicito a Javier Ramos por haberse tomado el tiempo de regalarnos este aleccionador ensayo, pues su elaboración, seguramente, implicó invertir en él muchas horas de descanso, de convivencia familiar y hasta gastos que, posiblemente, tuvo que sufragar de su propio bolsillo.
Pero quiero que sepa que logró su objetivo con creces y debe sentirse satisfecho por ello, pues como bien dice el Dr. Sergio Corona, esta obra: "Está destinada a convertirse en una obra de obligada referencia sobre la historia de la ciudad de Torreón".
Este ensayo se presentará el próximo jueves en la noche en el Museo Arocena y seguramente recibirá los mejores comentarios de la crítica local. En horabuena, Javier.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".