Durante los últimos años, estuvimos insistiendo en conocer lo que significaba la "Sociedad del Conocimiento", se refería al desarrollo de capacidades humanas para transformar la información en productos de aplicación práctica.
Las universidades del mundo ya aplican esos conceptos y algunas -lentas en reaccionar y conservadoras- aún tienen dificultades para adaptarse a ella.
La sociedad del conocimiento no es nueva, en realidad es un concepto de mediados del siglo anterior, que para finales del mismo logró su despegue; incluyó principios educativos que desembocaron en el desarrollo de "competencias laborales" o "capacidades para el trabajo", rompiendo con esquemas rígidos, haciendo que los programas universitarios fueran flexibles y adaptables, según necesidades de cada estudiante; aún más, encontrar maneras para hacerla a distancia y asincrónica; es decir, que el alumno aprendiera en el lugar, la hora y velocidad que le acomodara.
Debo decirle, con preocupación y hasta frustración, que los laguneros nos mostramos reacios al cambio y según estudios del Dr. Manuel Morales, de Educación a Distancia UAL, la principal razón no es la falta de computadora o Internet, sino el paradigma del estudiante, al no querer dejar de aprender de forma presencial.
Los recursos de telecomunicación, promovieron cambios en las particularidades de estudiantes y profesionistas; entre ellos: la capacidad de autodidactismo, su habilidad para buscar información y la autonomía para resolver problemas y tomar decisiones profesionales por sí mismo.
Trabajar en equipos multiculturales es particularidad necesaria en los nuevos profesionistas y para ello se requiere de una cultura general superior y conocer usos y costumbres diferentes a los propios.
La competencia es internacional y los éxitos no se logran muchas de las veces al primer intento, de ahí que sea importante estar preparado para absorber el fracaso y repetir el esfuerzo hasta obtener el resultado.
Otro complemento importante es la tolerancia a costumbres, hábitos, métodos y procedimientos que utilizan otros camaradas.
Daniel H. Pink, autor de "Una nueva mente", habla sobre la evolución neuronal y el manejo de los hemisferios cerebrales; él, justifica el nuevo fortalecimiento del izquierdo, -que es el conceptual racional- sobre el derecho, -que maneja lo abstracto y creativo, el arte- a causa del desarrollo tecnológico.
Comprenderlo es simple, cuando pensamos entre el escritor del pasado, que lo hacía de "puño y letra" o con una máquina mecanógrafa, comparándolo al actual, quien aprovecha los recursos computacionales; o bien, el pintor que únicamente utilizaba sus pinceles, contra el nuevo artista, que luego puede procesar y grabar sus trazos, apoyándose en programas computacionales muy sofisticados.
Los jóvenes del presente "navegan" en el hiperespacio de la Internet -comercial o académico- y llegan a encontrar respuestas por sí mismos, transformándose, muchas de las veces, en eficientes autodidactas; los mayores, requeríamos la paciente espera a que abriera sus puertas la biblioteca o encontráramos los datos entre cientos y miles de páginas leídas.
Así, conocer conceptos hace valioso al profesionista actual, que tiene a su disposición las herramientas modernas.
En el pasado, encontrar respuestas a necesidades de los clientes, hacía exitoso a los empresarios; inicialmente, los métodos eran intuitivos, hasta que llegó la tecnología del mercadeo y análisis metodológico de los datos para tomar decisiones.
Ya pasamos del mensaje explícito al implícito y ahora nos despiertan el deseo de beber sin mostrarnos la botella, sino haciendo escuchar o identificar el sonido burbujeante del líquido al verterlo en el vaso.
Pensar en ¿qué desea el cliente?, era muy importante en la Sociedad del Conocimiento; ahora, prever qué querrá en el futuro, es objetivo de la "Era Conceptual".
Los ejemplos son claros en la tecnología de la comunicación: quienes fueron capaces de predecir la necesidad de escuchar música individualmente, pudieron crear un iPod, de moda en la actualidad.
Claro que tuvieron tiempo de cristalizar sus ideas, -años para el caso- en tanto la competencia continuaba pensando en ¿cómo atender las nuevas necesidades? que su cliente le expresaba.
Adelantarse a los deseos, desarrollar conceptos, es el futuro.
Imagine los trabajos de algunos países poseedores de tecnología de punta, que ahora investigan cómo estimular al sistema olfativo, vía motora - nariz-cerebro¬- núcleos olfatorios - para que próximamente, no sólo veamos y oigamos con sonido "Dolby 7-1", sino que, además, ¡olamos! Será interesante ver, oír y ¡oler! durante las películas donde el héroe busque en una cloaca evidencias o criminales.
Los países que están a la vanguardia en desarrollo de nueva tecnología y que ya están explorando en el campo, son los pioneros de "La Era Conceptual".
Como dato interesante, le escribo que ya tienen más de 30 años preparándose, empezando por establecer educación de calidad integral en todos sus niveles.
Lástima que nosotros seguimos facilitando la universidad, quitando "materias paja", las formativas; de fondo, algunos buscan reducir costos, sin cuidar las consecuencias: retrasarnos, aún más, en el desarrollo nacional.
¿Usted qué piensa?
Ydarwich@ual.mx