ESPERANZAS DEL 2010
Continuación...
El mal de nuestra sociedad es la insolencia. La insolencia está compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace un culto de cuatro principios: 1.- Pretender saberlo todo. 2.- Tener razón hasta morir. 3.- No escuchar. 4.- Tú me importas, sólo si me sirves. La insolencia en nuestro país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en nuestro país logra que algunos de los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira. Así nos vamos a quedar sin trabajo todos... Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante. Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar. PORQUE ES MÁS CÓMODO, es más fácil pegarle a un hijo que platicar con él, es más fácil engañar y traicionar, que hablar de frente y con claridad, es más fácil salir por la puerta de atrás, que afrontar las consecuencias de nuestras decisiones, buenas o malas, es más fácil destruir la célula fundamental de la sociedad, la familia a través del divorcio, que defender ese sacramento que una vez hicimos y que por cierto nadie nos puso una pistola para realizarlo, es más fácil callar y practicar el "hedonismo" máximo de placer, mínimo de dolor, pues lo bueno cuesta y cuesta mucho, muchas veces la sangre misma y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Ya lo decía Anthony Quinn, "Si las cosas que valen la pena se hicieran fácil, cualquiera las haría", pero cuánto nos cuesta ser responsables y ser responsables, es "responder" por los actos que cada uno hace. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse, es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas. Por lo que propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un bote de basura. Si no hay un bote de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel. Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla. Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los deshechos. Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA. Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada. Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa... Porque hay que aprender a hacerlo todos los días. Ése es el desafío. Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento. ¿A usted qué le parece? ¿Podremos reconocernos en la calle? Podremos escoger pues entre este "caos" que nos deja cada vez más soledad y con ello, una evasión de cualquier tipo, causa de nuestros dolores más profundos, pues no hay sufrimiento más duro que la soledad. Así pues debemos ser muy honestos con nosotros mismos en primera instancia y creo que no hay mayor ceguera en ese sentido que creer que uno está bien. Así todos estamos sumergidos es esa "soledad caótica" y esta ceguera cubre la tierra, ese abismo profundo que hay en nuestro corazón, llamándole inconsciente, subconsciente o inconsciente colectivo socia, según algunos conocedores del tema. Pero ese viento, aliento de Dios danzaba, volaba y dijo "Que exista la luz" y la luz existió y vio Dios que la luz era buena y la separó, dividió, distinguió de lo que son tinieblas. Algo que todavía no atinamos hacer: "separar la luz de nuestras tinieblas" distinguir lo que verdaderamente nos ha hecho daño, por nuestra forma de vida, por nuestra forma de pensar, por nuestras amarguras, por nuestras actitudes de autocompasión, de culpa, de miedo, todo lo que nos ha enfermado este 2009 que recién terminó, y que esas tinieblas con quienes nos familiarizamos tanto que llegamos hasta a amarlas de manera dramática, pues hay personas que optan por las tinieblas, la injusticia, la ira, la violencia, la ira reprimida que muchas veces estalla con alcohol, droga, búsqueda de placeres y de amistades que sabemos incluso que nos están haciendo daño. El Dios de la vida, distinguió la luz de las tinieblas y nos hablan de una luz que se le ha llamado históricamente "una estrella", a quien unos hombres en tinieblas buscaban una luz, quienes vivían en esas tinieblas, en caos, en soledad, pero tenían el coraje y la audacia de ponerse de pie y de buscar. Continuará...
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de tu interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".