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Paseo en globo por los paisajes naturales de Tequisquiapan. Cerca de Tequisquiapan están las Cavas de Freixinet.

Paseo en globo por los paisajes naturales de Tequisquiapan. Cerca de Tequisquiapan están las Cavas de Freixinet.

EL UNIVERSAL

Alejarnos de la lluvia de la ciudad y alargar el fin de semana era el pretexto. Salimos un viernes a las 10:00 de la mañana rumbo a Querétaro, queríamos llegar a Tequisquiapan a la hora de la comida, al Rancho El 7, como nos habían recomendado.

"Estamos cerca", dice Alejandra, una de las cuatro chicas que viene en el automóvil. Entonces, luego de unos ocho kilómetros adelante de San Juan del Río, vemos el letrero con el nombre del restaurante, debes de ir acompañado porque si manejas solo no verás la señalización.

Entramos al lugar y pedimos la especialidad, un delicioso filete en salsa de tuétano, también hay chile ancho relleno de tres quesos y para acompañar, una buena cerveza. El gasto fue más o menos de 100 pesos por persona.

Desde el rancho a Tequisquiapan son unos 25 minutos de distancia. El hotel que reservamos está justo en el centro de la ciudad y es ahí donde nos olvidaremos del automóvil.

Cuando entramos a "Tequis", como comúnmente lo llaman, nos recibe una calle empedrada, pero no es, sino hasta que se llega al centro, que el verdadero pueblito se muestra más pintoresco, con casitas de dos pisos, todas con balcón, pintadas de amarillo, verde y púrpura, con banquitas de madera en sus puertas y llamativos macetones de violetas.

Aunque es más cómodo llegar en su propio vehículo, ya dentro del pueblo puede ser una pesadilla, y es que prácticamente todo son callejones y las que son calles son muy angostas.

Luego de dejar las maletas salimos a caminar a la Plaza Miguel Hidalgo y aprovechamos para visitar el Mercado de Artesanías que están en la calle Carrizal. Aquí venden objetos de mimbre y cestería, además de piezas artesanales de todo el país.

"Miren, allá está una librería", señala Ximena, mi amiga desde la infancia y la organizadora de este maravilloso viaje al que ha llamado "de solteras".

Es la Librería Rulfo, donde puedes encontrar libros de Tequis y hasta uno del poeta regional, Armando Zamora. Lo mejor del sitio y de nuestra suerte, es que era viernes y había tertulia literaria con todo y cafecito gratis. Por supuesto, que nos quedamos.

 SÁBADO DE VINO Desayunamos en el hotel y reservamos una visita guiada para aprender la elaboración del vino en Cavas de Freixinet (www.freixenetmexico.com.mx).

El tour lo pedimos a las 14:00 horas e inició con la proyección de un video sobre la historia de la cava y su producción. Su especialidad son los vinos espumosos pero también se fabrican tintos y blancos. El tour sigue con la explicación del método champenoise para después mostrarnos el proceso y la forma en la que empacan el vino. Finalmente lo degustamos y lo hacemos acompañar de trozos de queso, que dicho sea de paso, son regionales y su fabricación tienen más de 6 mil años.

De regreso a Tequis salimos a comer. Como Fabiola, la tercera abordo del viaje, le gusta comer bien, ya tenía una reservación disponible en el restaurante Capricho's, localizado en los arcos de la plaza principal, y que para sorpresa de las demás, el menú presumía gastronomía francesa-mexicana.

Pedimos queso de cabra en salsa de flor de calabaza, y unas costillas de cordero a la menta que acompañamos con un chardonnay.

 DOMINGO EN EL CIELO El día comenzó a las cinco de la mañana. Fueron por nosotras hasta el hotel para llevarnos a los cientos de hectáreas de la Hacienda Grande. Hoy volaríamos en globo aerostático.

La aventura inició a las seis de la mañana, nos ofrecieron un desayuno ligero con frutas y café. Después subimos al globo y despegamos en un viaje que duró 45 minutos.

En el cielo, observamos todo Tequisquiapan. Vicente, nuestro guía, nos señaló la Peña de Bernal y el Parque de la Pila. Este tipo de paseos se organizan sólo en la mañana por la velocidad del viento. Su costo por persona es de 1,485 pesos.

Al llegar a tierra, la indicación es agarrase muy bien y no ponerse nervioso con los saltos que de la canastilla.

Para relajarnos nos ofrecen una copa de vino y una tarde en la piscina de la hacienda. Si lo prefieres, también podrás montar a caballo, esta actividad tiene un costo extra.

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