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Ese fue mi error

El Filósofo de Güémez

RAMÓN DURÓN RUIZ

Reflexiones cristianas1 es un página extraordinaria que le sugiero consulte, ahí encontré la siguiente historia: "En 1970, Wally comenzó a hornear galletitas de chocolate para sus amistades usando una receta y procedimiento recibido de su tía Della.

Por cinco años, regaló todas las galletitas que horneó, incluso cuando a menudo las personas le decían que eran tan buenas que él debiera entrar en un negocio y venderlas.

Sin embargo, Wally tenía otra idea. Estaba determinado en convertirse en un gran administrador de estrellas del mundo del espectáculo.

Entonces un día, una amiga le dijo que podía poner el dinero para un negocio de hacer galletitas. Su amiga nunca hizo la inversión, pero Wally se puso de acuerdo con algunos amigos, incluyendo a Jeff Wall, Helen Reddy y Marvin Gaye, para reunir algún dinero. Entonces Wally estaba encaminado.

En un principio, sólo tenía intención de abrir una tienda en Sunset Boulevard, que le reportara lo suficiente para vivir. Después de todo, su tienda era la única en el mundo dedicada a la venta de galletitas de chocolate exclusivamente. El negoció creció de la noche a la mañana. Las famosas galletitas de chocolate de Amos de Wally eran distribuidas alrededor del mundo.

Wally mismo se convirtió en vocero para otros productos, desde huevos hasta líneas aéreas y compañía de teléfono. Mientras él en una época soñaba con administrar estrellas, ¡ahora era una de ellas, por propio derecho!

En ocasiones los sueños vienen por la puerta trasera. ¡Mantenla sin cerrojo!"

La invitación que este viejo Filósofo te hace, estimado lector, es que alimentes tu vida con sueños, éstos te ayudarán a eliminar los miedos, que tanto dañan tu ascenso, te apoyarán para evitar tu autosabotaje encaminándote a sintonizarte con la abundancia de bienes que el universo tiene para ti. Parafraseando a Adolfo José Torres2 diría: "En nuestra mente hay profundidades insondables; depósitos ocultos de iniciativa, valor, habilidad; traer esos tesoros a la superficie nos hará poseer un poder inmenso.

"El poder (de los sueños) vive dentro de nosotros; en el corazón está despertarlo y ponerlo a trabajar. Para hacer uso de nuestros (sueños) a voluntad son necesarios tres pasos: primero comprender que se tiene el poder de (los sueños); segundo, tener un deseo intenso y sincero, y tercero, saber lo que se quiere... e imaginarlo con nosotros."

La energía de los sueños, sale de nuestro ser y se dirige al universo, recuerda invariablemente tus sueños te conectarán con el ser superior. A partir de hoy date permiso de soñar con una vida mejor, atrévete, no temas. Cuando sueñes, hazlo sin miedo, ve siempre adelante. Da rienda suelta a ellos, quien no tiene en sí mismo la fuente de su optimismo, es un hombre que no encuentra su camino.

Lo de los sueños me recuerda aquellos leones del zoológico de Chapultepec que soñaban con su libertad, un día huyeron del zoológico. En la huida cada uno partió con rumbo diferente. Uno fue para el desierto de los leones, el otro para el centro de la ciudad. Policías, protección civil, soldados y marinos los buscaron por doquier, nadie los encontró. Después de un mes y para sorpresa de todos, volvió el león que había huido al desierto de los leones, regresó flaco, famélico y afiebrado. Fue reconducido a su jaula. Pasó un año y nadie se acordó del león que había ido para la ciudad hasta que un día fue recapturado y llevado al zoológico. Estaba gordo, sano, rebosante de salud. Al ponerlos juntos, el león que huyó para al desierto de los leones le pregunta a su colega: - ¿Cómo estuviste en la ciudad tanto tiempo y regresas tan bien de salud? Yo fui al desierto de los leones y tuve que regresar porque casi no encontraba que comer. El otro león le explicó: - Me armé de coraje y fui a esconderme a la Cámara de Diputados. Cada día me comía a un diputado y nadie advertía su ausencia. - ¿Y, por qué regresaste?... ¿se acabaron los diputados? - ¡¡No!! los diputados nunca se acaban. Sucede que cometí un error gravísimo. Ya me había comido a varios coordinadores de bancada, cinco jefes de comisión, cien diputados -de todos los partidos- diez asesores, doce secretarias, quince choferes y nadie los dio por desaparecidos... Pero un día me apendejé y me comí al que servía el café... ¡Ese fue mi error!

1 RDP [reflexiones@renuevodeplenitud.com]

2 Torres, Adolfo José. La llave de la vida y el éxito. Editor Karma , 1997, 1ª edición. http

Filosofo2006@prodigy.net.mx

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