Un ciudadano español de origen judío y nacido en Turquía, Alberto Asher Politi, fue homenajeado en su domicilio de Tel Aviv por la Embajada de España con motivo de su 105 cumpleaños, al que ha llegado, dice, evitando los vicios y las comidas copiosas.
"No es bueno vivir mucho porque sufres. El corazón lo tengo bueno y puedo caminar, pero no los ojos", dijo en conversación telefónica y con marcado acento ladino.
Asher Politi nació en 1905 en el seno de una familia sefardi en la ciudad turca de Izmir y emigró a Israel en 1952, pero nunca adquirió la ciudadanía israelí, pese a que tenía derecho a ello, porque no quería renunciar a la española.
"Hace mucho me dijeron en el Consulado que perdería la nacionalidad española si me hiciera israelí. Yo prefería ser español. Mi padre tenía mucho simpatía por España y mi difunto hijo fue sólo español", explicó.
El anciano, que se encuentra en aparente buen estado mental pero tiene que acudir al doctor cada semana, fue homenajeado este mediodía por la Embajada de España en Tel Aviv en su casa en el barrio Florentine de la ciudad.
En el acto, Asher Politi brindó con vino, fue obsequiado con un ramo de flores y un ejemplar del libro "Caminos de Sefarad", editado por la Red de Juderías de España, con el que se emocionó al ver fotos antiguas.
Este español de 105 primaveras trabajó siempre en la venta de productos alimenticios como arroz o azúcar y tuvo dos hijos, uno de los cuales falleció, y cinco nietos, todos varones.
Su consejo para la longevidad es "evitar los vicios", lo que resume en "pocas mujeres y nada de drogas ni de bebidas alcohólicas, salvo vino".
Asimismo aconseja comer poco, y comer "sobre todo fruta, legumbres y pescado", en vez de abusar de la carne.
Alberto Asher Politi resume su filosofía vital en una frase: "No estoy ni triste ni contento (por cumplir 105 años). Es lo que hay".
