Reconocimiento. Juan Pablo II reconocía a los Legionarios de Cristo por su lealtad, tradicionalismo y facilidad para reclutar a jóvenes para la vida religiosa. En la imagen con su fundador Marcial Maciel.
Una de las pruebas para el Papa Benedicto XVI en la creciente crisis por abusos sexuales cometidos por clérigos es decidir el destino de la que alguna vez fuera una prominente y estricta orden cuyo fundador, el padre Marcial Maciel, engendró al menos un hijo y abusó de seminaristas jóvenes.
Los resultados de una investigación a la Legión de Cristo realizada por órdenes de Benedicto XVI el año pasado serán divulgados pronto, justo cuando la Iglesia enfrenta una gran presión para confrontar enérgicamente el abuso.
El caso es más complejo para Benedicto XVI y sus aliados que el simple hecho de descubrir lo que hacía Maciel. Aunque los representantes de la legión insisten que se enteraron de las faltas de Maciel apenas ahora, muchos críticos sospechan que varios sabían que su fundador abusaba de niños y tenía familias con mujeres, pero no hicieron algo al respecto.
Maciel, que murió en 2008 a los 87 años, había preparado a muchos de los líderes de la legión para que asumieran sus puestos. El actual director general, el padre Álvaro Corcuera, acompañó a Maciel en su lecho de muerte.
"Si el Papa tiene verdaderamente la intención de lidiar con la crisis, por lo menos tendría que retirar a toda la cúpula de la legión", dijo Jason Berry, coautor del libro y documental "Vows of Silence", sobre los intentos de las víctimas para convencer al Vaticano de emprender acciones contra Maciel.
"Esta es una operación radical, está retirando mucha podredumbre. Me pregunto si el Papa y los hombres que lo rodean entienden de verdad lo que es esta organización", agregó.
El arzobispo de Denver, Charles Chaput, uno de los investigadores que designó el Vaticano para evaluar a la legión, rechazó hacer declaraciones al respecto.
Germain Grisez, un importante teólogo moral en la Universidad de Mount Saint Mary en Maryland, dijo que la legión debe "identificar a aquellos que sabían sobre las faltas de Maciel y deshacerse de ellos para comenzar de cero" con nuevos líderes y una nueva constitución.
La Legión de Cristo fue fundada en México en 1941 y su base se construyó en torno a Maciel. La fotografía del padre adornaba cada edificio de los legionarios, su biografía y escritos eran estudiados por sus integrantes y hasta su cumpleaños era un día festivo para ellos.
Hasta hace poco, los integrantes de la legión tenían el voto de no hacer críticas a sus superiores, incluyendo a Maciel.
Edward Peters, un abogado canónico que enseña en el Seminario Mayor del Sagrado Corazón en Detroit, ha dicho creer que el padre creó la orden para "procurarse un gran acceso a sus víctimas sexuales y a recursos económicos ilimitados".
La legión dice contar con más de 800 sacerdotes adscritos y 2 mil 500 seminaristas en 22 países, junto a 70 mil integrantes de su rama seglar, Regnum Christi.
La red internacional de los Legionarios de Cristo incluye organizaciones no lucrativas, seminarios religiosos, escuelas primarias y secundarias, así como universidades en México, Italia y otras partes del mundo.
En Estados Unidos cuenta con la Universidad de Sacramento en California, un seminario en Cheshire, Connecticut, además de escuelas en Rhode Island, Nueva Hampshire, Georgia y Texas.
La orden nuca ha hecho públicas sus finanzas, pero se cree que sus activos totales suman miles de millones de dólares.
El caso contra Maciel ha sido considerado por mucho tiempo como emblemático de la pasividad del Vaticano ante las denuncias de abuso, especialmente durante el Papado de Juan Pablo II.
Juan Pablo II reconocía a los Legionarios de Cristo por su lealtad, tradicionalismo y facilidad para reclutar a jóvenes para la vida religiosa en un momento en el casi nadie se interesaba por el sacerdocio.
El Pontífice no mermó su apoyo después de que nueve exlegionarios presentaran un caso ante la justicia canónica por las múltiples denuncias contra el padre.
Entonces, las autoridades de la legión vilipendiaron a los acusadores y a cualquiera que escribiera sobre las denuncias, calificándolos de conspiradores en una campaña para tratar de destruir a su fundador.
José Barba, un profesor mexicano y uno de los hombres que presentaron el caso contra Maciel, dijo que sabía de tres víctimas con las que recientemente se había puesto en contacto Corcuera, aunque no sabía los detalles de las conversaciones que habían tenido.
"Conozco el modus operandi de la legión", dijo Barba en una entrevista telefónica, "y no se puede confiar en ellos".
Defienden abogados a Norberto Rivera
El Colegio de Abogados Católicos de México aseveró ayer que Joaquín Aguilar no sufrió violación alguna en México, según consta en una averiguación previa y por tanto "sus afirmaciones calumniosas contra el cardenal Norberto Rivera carecen de toda credibilidad".
En rueda de prensa, el presidente del Colegio de Abogados Católicos, Armando Martínez, reiteró que el también arzobispo Norberto Rivera Carrera es inocente de las acusaciones de encubrimiento de abuso sexual que Aguilar Méndez presentó en Estados Unidos.
El abogado recordó que en octubre de 2006 el director en México de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales del Clero (SAP, por sus siglas en inglés) demandó por encubrimiento a Rivera Carrera ante la Corte Superior de Los Ángeles, en Estados Unidos.
"Desde entonces no ha cesado en su campaña de odio, difamación y calumnias contra el representante religioso, bajo el argumento de que éste encubrió al ex sacerdote Nicolás Aguilar", quien es acusado de pederastia.
Según el dictamen proctológico que se le practicó el 5 de noviembre, cuando presentó la denuncia, Joaquín Aguilar no presentaba huellas externas de lesiones recientes de violación y, en cambio, el examen proctológico fue sin alteraciones.