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Esperanza

Diálogo

YAMIL DARWICH

El 24 de septiembre, nos visitó Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín, Colombia, profesor universitario en ciencias exactas y conferenciante.

Habló de su experiencia en el combate a la delincuencia, particularmente al narcotráfico, dándonos sentencias que, al pensarlas, nos hacen reflexionar en lo propio; dijo: "cuando tenemos miedo, buscamos nuestra seguridad, renunciando a la libertad".

Al escuchar sus métodos, que le llevaron a disminuir en un 50% los índices delictivos en su ciudad natal, lo que le ha valido premios diversos y reconocimientos como "hombre del año" en distintas ocasiones, reapareció la esperanza.

La presentación hecha a los universitarios, se desarrolló en un ambiente de alta atención y con su charla dejó ideas claras del ¿cómo? combatir el problema; las reflexiones, al ubicarlas en nuestra realidad, nos dejaron dubitativos; entre ellas:

Atacar a la pobreza y a la ignorancia: afirmó que ambas debilidades van unidas y para ello, él y su equipo, se dedicaron a mejorar las condiciones de los barrios más pobres de Medellín, ubicando en esas áreas centros de recreo, incluidas bibliotecas de fácil acceso por su cercanía y simplificación de servicios.

Para nuestro caso, el esfuerzo, aunque presente, pareciera no estar bien articulado con la realidad y las posibilidades materiales de realizar mejoras, siempre decidiendo unilateralmente, sin la participación, apoyo y aprobación de los habitantes que serán beneficiados.

El reto educativo es más difícil de resolver, con una planta de profesorado reprobada en los exámenes aplicados y con una mala actitud, escudados en un sindicalismo mal entendido.

Por otra parte, mejoró las condiciones de servicio de las escuelas sostenidas por su gobierno, transformándolas, construyendo edificios funcionales, sencillos, pero eficientes.

En nuestro caso, padecemos el dolor de la falta de solidaridad de quienes los ocupan: maestros, funcionarios y hasta estudiantes; además, los padres de familia, no siempre son tomados en cuenta e involucrados en la búsqueda de solución a los problemas.

También pregona el principio de: "el narcotráfico, el dolor y la pobreza, generan la desigualdad y violencia". Indiscutible.

¿Qué hacer para combatir la delincuencia y el narcotráfico?, es otra de las preguntas que repetidamente le hacen quienes le escuchan durante sus presentaciones y él responde: educar y dar la posibilidad de que todos reciban las mismas oportunidades, empezando por promover escuelas de mayor calidad. Para La Laguna, que depende de los estados y la federación es algo distante.

Algo en lo que coincidimos es en la oportunidad que brinda trabajar en lo político: participar en los movimientos de partidos, constantemente, no sólo en los períodos pre-electorales, cuando los partidarios hacen el esfuerzo por aglutinarlos e involucrarnos en los diferentes movimientos para promover el voto a favor. Aquí cabe la crítica de nuestra pasividad y el poco interés que, en general, tenemos los ciudadanos para comprometernos con alguna de las asociaciones no gubernamentales; argüimos muchas excusas: tiempo, falta de capacidad, dinero, etc.

Desafortunadamente, tener una participación ciudadana efectiva en el campo de la política, sin ser parte de alguno de los partidos existentes, es casi imposible, situación que representa un cuello de botella difícilmente salvable y consecuentemente limitativo para buscar el cambio efectivo que Fajardo pregona como fórmula: "Quita y pone"; "el orden de los factores sí altera el producto".

Para disminuir la violencia da tres recomendaciones como eje central de la acción: atender a la Policía, buscando su capacitación y moralización, no sólo incrementando sueldos, que rápidamente serían superados por el crimen organizado; reinserción social de los grupos delictivos, a partir de su capacitación para el trabajo, incluyendo atención psicosocial y afectiva; y la cultura ciudadana. ¿Está de acuerdo que para ello es mucho nuestro rezago y mala la actitud?

Otra recomendación fue: "lograr la confianza pública a través de la transparencia", caso que no ha sido suficientemente atendido por las autoridades, a pesar de las órdenes de ley y las exigencias hechas a través de los medios masivos de comunicación.

Aunque tengamos limitaciones, sí hay muchas actividades que podemos hacer; entre ellas: tener una participación más directa, constante y permanente en la vida política regional; hacer mayor conciencia y participar en alguna de las muchas organizaciones sociales y no gubernamentales que existen en La Laguna, reconociendo que: si no hay forma de apoyarlas económicamente, tenemos algo que es muy valioso y redunda en beneficio económico: donar parte de nuestro tiempo libre.

A las autoridades les corresponde atender sus debilidades, con mejor preparación a los cuerpos policiacos, apoyándose en las muchas instituciones de educación superior existentes y preparando a los cadetes en aspectos emocionales, psicológicos y de valores; esforzarse en atender la transparencia y luchar contra la corrupción.

Seguramente la enseñanza de Fajardo fue buena, nos estimuló a comprometernos y participar en la solución de nuestros problemas, motivándonos a ser participativos en política y gobierno. ¿Está dispuesto?

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