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Estadística polémica

Las laguneras opinan...

LAURA ORELLANA TRINIDAD

Hace unos días circuló en la prensa y en la red un artículo interesante. Es un texto de Andrés Oppenhaimer que ha causado cierta polémica, titulado: "La ola de violencia en México". Fue elaborado con base en la información del Brooking Institute, una organización que se autoconcibe sin fines de lucro y cuya misión es realizar investigaciones independientes, con las cuales se puedan hacer recomendaciones prácticas en temas de interés para los norteamericanos (democracia, bienestar en salud, economía, etc). Tiene a más de 200 expertos de todo el mundo, tanto académicos como de gobierno, para hacer esta labor. En pocas palabras, se ve que es un instituto serio y formal. Lo que investigó el Instituto con datos del 2008 y que expone Oppenhaimer, son las tasas de homicidios al año por cada 100 mil habitantes. Cualquiera de nosotros pensaría que México encabeza esta lista, o por lo menos, ocuparía los primeros lugares. Pero no, México se ubica en el treceavo lugar en América Latina, junto a Costa Rica; pero asombrosamente, quienes rebasan a todos los países latinoamericanos son las ciudades de Washington y Nueva Orleans que tienen tasas de homicidios, tres y siete veces -respectivamente- más altas que la mexicana. Según el investigador del Brooking Institute y comentado por Oppenhaimer, "las cifras de homicidios en México siguen siendo significativamente menores de lo que eran diez años atrás".

Cuesta trabajo creerlo, porque hace diez años cualquiera de nosotros podía andar tranquilamente en las calles de Torreón sin sentir ningún temor.

Sin embargo, Fernando Escalante, doctor en Sociología y profesor en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, un año antes expuso información similar. En su artículo "¿Puede México ser Colombia?", discute y confronta esta idea. Con datos de 2007, indica lo siguiente: "En contra de lo que podrían sugerir los medios de comunicación masiva, la tasa de homicidios ha disminuido en el país, sistemáticamente, en las últimas décadas: ha pasado de 20 por 100.000 en 1990 a poco más de 10 por 100.000 en 2007, es decir, una tasa cercana a la estadounidense (muy lejos de las cifras colombianas o brasileñas). Paralelamente, ha cambiado el perfil geográfico de la violencia. En 1990, los estados con mayores tasas de homicidios eran los del Centro del país: Estado de México y Morelos y, cerca de ellos, el Distrito Federal, Puebla, Jalisco y Veracruz. En 2007, el panorama es completamente distinto: los estados con índices más altos -y los únicos en los que la tasa de homicidios, a diferencia de lo que ocurre en el promedio nacional, tiende a crecer- son los de la frontera noroeste: Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango y Sinaloa (esto es, descontando los tres estados con tasas históricas altas: Michoacán, Guerrero y Oaxaca, con una violencia muy dispersa, rural, más bien de antiguo régimen, y en descenso)".

Quienes elaboran este tipo de reportes, toman los homicidios como punto de comparación, ya que normalmente quedan registrados, debido a que ante las muertes debe darse aviso al Ministerio Público, aunque sabemos que algunas personas no son encontradas y por lo tanto no aparecerían en estas cifras.

Desconozco qué tipo de información tomó el Brooking Institute para elaborar su reporte, pero el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C, elaboró un estudio llamado Índice de incidencia delictiva y violencia 2009, con datos tomados del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de México. Los datos que reporta, son muy similares a los que aparecen en los dos análisis anteriores. En la tabla se reportan datos desde 1996 hasta 2008, y como los precedentes, son cifras de homicidios por cada 100 mil habitantes: en la tabla que muestran, podemos observar que la cifra más alta corresponde a 1997, con 15.8 y en el 2006 la más baja, con 9.6. Para 2007 se reportan 11.1 y en 2008, 10.6 homicidios por cada 100 mil habitantes. Este último dato, es bastante similar al del Brooking Institute y en éste como en aquél, también se observa un comportamiento a la baja.

Por otro lado, en el "Reporte mundial de asentamientos humanos 2007", de la ONU, Washington DC alcanzaba ya la tasa más alta de asesinatos en el mundo.

Entonces, ¿qué sucede? ¿será que los análisis de las diversas organizaciones están mal realizados? ¿Percibimos de una manera diferente la realidad? Me parece un avance que estemos tratando de "medir" la realidad. No podemos pelear con algo si no entendemos qué sucede. Por ello parece muy pertinente la reunión que se realizó hace unos días entre periodistas mexicanos y norteamericanos, así como expertos en el tema de la violencia, en la universidad de Texas, en Austin. Aunque al parecer fue a puerta cerrada, algo han comentado dos asistentes: Javier Garza, subdirector editorial de este periódico y Héctor Aguilar Camín, de Milenio. Por lo que se observa, los periodistas también están preocupados porque no se expone la realidad de la violencia como es: compleja, contradictoria, difícil. Se simplifica presentando diariamente las cifras de los caídos.

Los periodistas mencionaron que el problema en ambos países tiene que ver con redes internacionales, redes de distribución de drogas, consumo de las mismas. Está vinculado estrechamente con problemas sociales, económicos, culturales y con lo que se ha llamado desarticulación del tejido social; sin embargo, estos temas no se desarrollan mayormente en los medios de comunicación. Dicen que falta discutir temas de manera profunda algunos tópicos como la legalización de las drogas, entre otros; que se analicen las estrategias del gobierno, como la militarización o se vincule el problema a ciertos aspectos, ya muy viejos y hundidos en nuestra cultura, como la corrupción.

Creo que por el momento, ni podemos asegurar que México es el país más violento del mundo, ni tampoco afirmar con Calderón, que el crimen organizado constituye una "ridícula minoría". Las investigaciones tienen que continuar y los medios de comunicación ponerse a la altura de ciudadanos que necesitamos análisis de nuestra realidad para comprenderla y exponer información sin distorsionar nuestra percepción del asunto.

Dicen los expertos en investigación social que la formulación del problema, es casi la mitad de la resolución del mismo. Ojalá avancemos en ello.

Lorellanatrinidad@yahoo.com.mx

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