El presidente de facto Roberto Micheletti calificó el miércoles de 'errática' la política exterior de Estados Unidos por exigir su dimisión y reiteró que entregará el poder el 27 de enero al mandatario electo Porfirio Lobo.
El presidente de facto Roberto Micheletti calificó el miércoles de "errática" la política exterior de Estados Unidos por exigir su dimisión y reiteró que entregará el poder el 27 de enero al mandatario electo Porfirio Lobo.
"Estados Unidos me presiona para que yo me vaya. Y no cambiaré de idea sólo porque venga alguien aquí a presionarme para complacer a un sector del gobierno norteamericano ante la posibilidad de darnos dinero o de abrirnos las puertas al mundo", dijo Micheletti al canal 5 de televisión.
"Siento una enorme admiración por el pueblo norteamericano, pero la actuación internacional de ese país es errática", afirmó.
Las declaraciones del mandatario se registraron un día después de la llegada a Tegucigalpa del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Craig Kelly.
El estadounidense se encontró la víspera con Zelaya y Lobo, y el miércoles lo hizo por más de dos horas con Micheletti. Abandonó el país sin ofrecer declaraciones a la prensa.
El portavoz de la embajada norteamericana aquí, Mike Stevens, dijo a la AP que "en breve habrá un comunicado sobre la visita de Kelly a Honduras".
El vocero del departamento de Estado P.J. Crowley explicó el martes en Washington que el objetivo de la visita del subsecretario es la de ver "cómo ayudamos a Honduras a avanzar y a superar y a borrar la tensión que resultó" del golpe de estado a Zelaya el 28 de junio.
Sobre la victoria de Lobo en los comicios del 29 de noviembre, dijo que "la elección, por sí misma, no fue suficiente... tenemos algunas decisiones que tomar en términos de la naturaleza de nuestra relación y la naturaleza de nuestra ayuda en el futuro".
Micheletti afirmó que "Estados Unidos desea que me retire el 15 de enero con la promesa de otorgar muchos millones de dólares de ayuda a Honduras. Sin embargo, Washington debe respetar la decisión soberana de nuestro pueblo".
Justificó el golpe a Zelaya "porque el país se encaminaba a una ideología socialista que no es compartida por el 90% de los hondureños".
Zelaya retornó subrepticiamente el 21 de septiembre a Tegucigalpa y se refugió en la embajada de Brasil, donde aún se encuentra con unos 15 seguidores.
El Acuerdo Tegucigalpa-San José del 30 de octubre, suscrito por Zelaya y Micheletti para poner fin a la crisis, establece la formación de un gobierno de reconciliación nacional y una comisión de la verdad.
El gobierno de facto debió instalar a más tardar el 5 de noviembre un gobierno de unidad, pero resultó imposible por las discrepancias entre Zelaya y Micheletti sobre a quien le correspondía encabezarlo. Tras esa controversia, el gobernante depuesto dijo que el acuerdo había fracasado.
La comisión de la verdad la creará Lobo en seis meses con el objetivo de analizar las consecuencias de lo ocurrido antes, durante y después del golpe.