En México hay 56 millones de pobres, estimó el académico Adolfo Sánchez Almanza, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y quien se basó en datos de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL).
"Este aumento de la pobreza está vinculado principalmente con el desempleo y la pérdida de ingresos que se agravan coyunturalmente, pero es distinta a la pobreza denominada 'de necesidades básicas insatisfechas', es decir, el nivel de escolaridad, las condiciones de la vivienda, la salud y los servicios, que es más estructural", indicó el académico.
El académico dijo que esta inestabilidad ha sido la peor desde la crisis de los años 30.
En la crisis de 1995, añadió, el PIB en el País cayó 6.2 por ciento, en tanto que en 2009 disminuyó 7.0 por ciento, lo que indica que el actual descenso es más serio, aunque las condiciones nacionales son diferentes.
Para el académico la crisis del 2009 fue profunda, pero su efecto social menos grave que en 1995, debido a que en ese año la inflación fue del 52 por ciento, mientras que en este año fue del 5 por ciento.
"Algunas perspectivas para el 2010 indican que hay cierta recuperación económica; empero, las personas que cayeron en pobreza se recuperarán más lentamente que el resto de la economía. Además, se debe señalar que el grado de concentración de la riqueza sigue siendo elevado y constituye un freno al desarrollo integral del país", dijo.
Sánchez Almanza sostuvo que la crisis del 2009 provocó la pérdida de 10 años de avance de atención y combate a la pobreza, es decir, hay una regresión en términos de empleo e ingreso.
Asimismo, explicó que la falta de oportunidades económicas también ocasiona efectos sociales y psicológicos importantes entre la población, porque cuando hay crisis, con frecuencia se presenta la anomia social, la pérdida de autoestima, un aumento en la violencia, y la irritabilidad social e individual.