El director regional del Colegio de la Frontera Norte (Colef) en Ciudad Juárez, César Fuentes, indicó que revertir la violencia y desequilibrio del desarrollo en esa zona llevará años, y su 'efecto perverso' seguirá beneficiando a ciudades estadunidenses.
Al participar en el foro 'Dilemas de la seguridad y el desarrollo de las fronteras de Chihuahua-Texas y Sonora-Arizona', celebrado en la Cámara de Diputados, el investigador dijo que la emergencia no se ha podido controlar y sigue habiendo homicidios en las mismas tasas que antes de la estrategia 'Todos somos Juárez'.
Destacó que de enero de 2008 a agosto de 2010 se registraron cinco mil 500 homicidios, de los cuales 40 por ciento de los afectados fueron jóvenes de entre 16 y 24 años de edad, que es el sector de la población más vulnerable por esa situación.
Expresó que Juárez 'no tiene tiempo para más', por lo cual es urgente modificar el modelo económico con el que se crea empleo, pero no se hace inversión social, lo que genera un desequilibrio entre economía y oportunidades de educación, vivienda y salud para la gente.
Fuentes, señaló que el fenómeno de Ciudad Juárez ha producido condiciones extremas en ambos lados de la frontera.
Siendo las ciudades norteamericanas de El Paso, McAllen y Texas, indicó, las más beneficiadas con creación de empleos y altos niveles de seguridad, mientras que del lado mexicano hay altos niveles de violencia, extorsión y desempleo.
Expuso que en los últimos años unos 100 mil habitantes de Ciudad Juárez han migrado, 30 mil de los cuales han establecido un negocios en El Paso.
Dicha situación ha tenido como saldo en Juárez, la pérdida de 57 mil empleos en los últimos tres años, en tanto que en El Paso se crearon cuatro mil empleos gracias al establecimiento de 400 negocios de inversionistas mexicanos.
McAllen y Texas, son ciudades de la Unión Americana que han dinamizado su mercado laboral y social por la migración de comerciantes mexicanos, que ante la extorsión e inseguridad en Ciudad Juárez abandonaron sus casas en México.
