Ayuda. El guardacostas Nathan Lafriniere explica cómo los pescadores pueden ayudar a limpiar el derrame de petróleo. EFE
Tras el fracaso del primer intento de frenar un gran derrame de crudo en el Golfo de México, las cuadrillas de rescate planeaban ayer dejar un enorme domo de contención en el fondo del mar mientras llegaban más equipos para tratar de controlar la situación.
Los nuevos equipos lanzarían lodo y cemento a través de un tubo directamente sobre el pozo fuera de control, en un proceso que tardaría entre dos y tres semanas, pero el vocero Mark Proegler dijo que la compañía petrolera BP evaluaba tres métodos diferentes y aún no había decidido cuál usar.
Las cuadrillas dejarían el domo de contención en el fondo, a 490 metros del lugar del derrame, mucho más lejos que donde lo dejaron el sábado luego que cristales de hielo taponaron su pico superior cuando estaba encima del derrame, de acuerdo con un cronograma de actividades.
Podría pasar al menos un día antes de que BP pueda volver a intentar colocar la estructura sobre el pozo, que derrama más de 757,000 litros de crudo por día.
El primer intento de frenar el derrame falló cuando el pico que corona el domo -similar a un embudo dado vuelta- quedó taponado por cristales que se formaron en las heladas aguas profundas.
El domo quedó posado en el suelo marino a más de un kilómetro y medio (una milla) de profundidad, mientras espesos manchones de alquitrán alcanzaban las playas de arena blanca de Alabama, en una nueva señal de que la situación empeoraba.
Los equipos de emergencia demoraron casi dos semanas en construir la pieza de acero y concreto y tres días en trasladarla a 80 kilómetros de la costa (50 millas) y bajarla hasta el pozo, pero la temperatura de las aguas era demasiado baja.
Directivos de BP no descartaban que se pueda cerrar el pozo con un domo de contención, sea el ya usado u otro que se está armando, para que capture el crudo y lo canalice a un barco cisterna.