La policía francesa ordenó hoy la evacuación de la estación ferroviaria Saint Lazare, en el centro de esta capital, por una amenaza de bomba, a una semana de que el gobierno emitió una alerta ante la amenaza 'real' de un atentado.
El desalojo fue ordenado tras una llamada anónima de advertencia sobre la presencia de una bomba en el interior de la estación, a donde llegan varias líneas del metro de la capital francesa, informaron fuentes oficiales.
La policía informó que se tomó la decisión de evacuar la estación Sant Lazare y sus alrededores como una medida de precaución, ante la posibilidad de que la capital francesa sea blanco de un atentado por parte de la red Al Qaeda en el Magred Islámico (AQIM).
Equipos especializados en explosivos llegaron de inmediato a la estación en busca de la supuesta bomba, sin que por ahora haya reportes del resultado de la búsqueda, según un reporte de la edición electrónica del diario Le Monde.
La estación de Saint Lazare está situada en la zona comercial de París, donde se ubican grandes almacenes como Au Printemps y Galleries Lafayette, que reciben a diario cientos de compradores, incluidos turistas extranjeros.
La amenaza de bomba se produjo justo una semana después de que el ministro francés del Interior, Brice Hortefeux, informó sobre la existencia de una amenaza terrorista "real", lo que podría llevar a Francia a ser un blanco de un ataque.
'La amenaza es real, nuestra vigilancia ha sido reforzada", afirmó Hortefeux, tras informar que la seguridad nacional está en alerta roja en todo los sitios públicos desde el 16 se septiembre pasado cuando fue desalojada la Torre Eiffel por una amenaza de bomba.
Las amenazas están vinculadas a la red Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), y a la reciente aprobación del Parlamento francés de una ley que prohibe el uso de la burka o la nigab (velos que usan las mujeres musulmanas) en todos los espacios públicos.
Además de la prohibición de la burka, los musulmanes están resentidos con Francia por su participación en las operaciones en Afganistán y el ataque el 22 de julio pasado del ejército del país europeo contra una base de AQMI en Malí para liberar a un rehén francés.
Días después del ataque, que dejó siete insurgentes muertos, el grupo islamista prometió vengarse en una declaración en la que afirmóm que "para el enemigo de Alá, (el presidente francés Nicolas) Sarkozy, le decimos que perdió la oportunidad y abrió la puerta del horror para él y su país'.