"Qué importante es para el mundo tener éxito en Cancún."
Felipe Calderón
Davos, Suiza.- El presidente Calderón no se dio cuenta, al parecer. Después de que tuvo el primer turno para hablar en la sesión plenaria "De Copenhague a México: ¿qué viene después?" del Foro Económico Mundial el 29 de enero, el moderador, Timothy Wirth, presidente de la Fundación de las Naciones Unidas, le dio la palabra a Carlos Ghosn, presidente de Nissan y Renault, uno de los gurús de Davos.
Cuando Ghosn trató de hablar, sin embargo, el presidente Calderón lo interrumpió y ofreció una segunda y completa intervención ante la mirada atónita de los demás miembros del panel. Al final, Wirth le pidió nuevamente a Ghosn que tomara la palabra.
El faux pas no afectó el trato que se le dio al presidente Calderón en la mesa de discusión. El mandatario mexicano, de hecho, presentó una agenda coherente y completa de los obstáculos que habrá que derribar para lograr que Cancún sea el éxito que Copenhague no pudo ser. Pidió que las naciones "aprendamos de nuestros errores" y se busquen las coincidencias más que las diferencias. Si logramos establecer "los mecanismos económicos con los incentivos adecuados, estaremos en el camino adecuado", dijo.
Los demás participantes en la mesa ofrecieron comentarios positivos sobre México y el presidente. "No tenemos que preocuparnos del presidente Calderón -dijo Edward Markey, presidente del comité de independencia energética y calentamiento global del Congreso de Estados Unidos-. Él va a ser un líder mundial."
Más sorprendente fue la felicitación de Shyam Saran, el enviado especial del primer ministro de la India, con quien el Gobierno de México tuvo serias diferencias en Copenhague. Saran reconoció públicamente el liderazgo de Calderón y "los compromisos que México ha hecho que no tenía que hacer". El protocolo de Kioto, efectivamente, exentaba a nuestro país de una reducción en las emisiones contaminantes por su poco nivel de desarrollo.
En la subsecuente discusión Calderón le propuso al legislador Markey que Estados Unidos extienda el sistema de "límites e intercambios" (cap and trade) a toda Norteamérica, lo cual favorecería fuertemente a México en las nuevas inversiones para reducir contaminantes. A Ghosn, quien encabeza dos empresas automotrices comprometidas con la producción de un vehículo eléctrico más que un híbrido, le sugirió establecer las plantas de baterías en México.
Al final de la reunión, el presidente Calderón señaló que es sano tener expectativas modestas para la COP 16, la decimosexta "Conferencia de las Partes" sobre el tema de cambio climático que se llevará a cabo en Cancún del 29 de noviembre al 10 de diciembre. "No quiero otra COP sin resultados", comentó. Pero es claro que este intento por crear bajas expectativas es simplemente una posición ante los medios. Como el mismo presidente lo dijo en su primera intervención, "qué importante es para el mundo tener éxito en Cancún".
Los pleitos políticos estarán inevitablemente presentes. Cada país tiene una agenda diferente y busca reglas que lo favorezcan. El presidente Calderón ha señalado correctamente que será difícil tener un acuerdo si las Naciones Unidas mantienen la posición de que todas las decisiones deben ser tomadas por consenso, sin un solo voto en contra.
La misma selección de Cancún como sede de la COP 16 vino después de un conflicto político. Marcelo Ebrard, nombrado en Copenhague presidente del Congreso Mundial de Alcaldes sobre Cambio Climático, pidió a las Naciones Unidas que la Ciudad de México fuera la sede. Pero la elección es privilegio del país anfitrión, que se inclinó por Cancún.
Pese a toda la propaganda oficial que nos dice lo contrario, en México se sigue castigando primero e investigando después. Ahí está el ejemplo de los 12 ediles de Michoacán, a quienes se privó de su libertad ocho meses sólo para que después se encontrara que no había pruebas en su contra.