Les prenden fuego. Los regiomontanos realizaron la tradicional quema de 'Judas' en la que prendieron fuego a diablos, quienes simbolizaban a la inseguridad y Daniel Guzmán, directivo del equipo de futbol Trigres, considerados como los principales males que aquejan a la entidad.
Este año los regiomontanos consideraron que los dos principales males que aquejan al estado son la inseguridad y Daniel "El Travieso" Guzmán junto a la directiva del equipo de futbol de los Tigres, por lo que en esta edición de la tradicional quema de Judas prendieron fuego a dos diablos que simbolizaron esos problemas, para exorcizar esas plagas de la ciudad.
También se quemó a otro diablo, dedicado a los políticos corruptos, como un símbolo de castigo por su traición al pueblo.
Elías Carbajal, uno de los organizadores, contó que la popular ceremonia de la quema de Judas que se realiza el Sábado de Gloria en la Colonia Obrerista del Centro de Monterrey se ha llevado a cabo desde hace 70 años sin fallar.
Al evento acuden docenas de vecinos de las colonias populares como Sarabia, Larralde, Obrerista, entre otras, que quedaron en medio de una zona industrial donde se ubicó desde principios de Siglo XX la Cervecería Cuauhtémoc, Vidriera Monterrey, Minera Asarco y Cementos Mexicanos, entre otras fábricas.
En esta edición, ante el regocijo de los asistentes se quemaron tres Judas, en medio del estruendo de los cohetes que les pusieron sus fabricantes.
El primero en arder fue el demonio de la inseguridad, en alusión a los problemas de violencia que ha vivido la zona metropolitana en las últimas semanas. Entre aplausos de los asistentes, el demonio se fue consumiendo entre fuertes detonaciones.
El segundo Judas tenía la figura de Daniel "El Travieso" Guzmán, entrenador del equipo de futbol de los Tigres, con una cartulina en la que se pedía además la quema de la directiva del equipo.
El tercero fue un diputado, con el que se simbolizó a los todos políticos corruptos.
A la quema de Judas asistieron más de 2 mil personas que disfrutaron de las piñatas y competencias deportivas. El evento terminó con una "guerra de huevos" rellenos de harina, que se lanzaron niños, mujeres y jóvenes desde distintos puntos del barrio.